- Muere Louise Bourgeois y su serie de esculturas Janus derriten su bronce para que veamos cómo las dos caras del dios romano reviven, una vez más, en Israel. Siempre con las puertas del templo de su particular abiertas.
- Hace unos años cuando vi su exposición en el Museo Reina Sofía, me sentó como un revulsivo, cómo un vómito que te inunda de bienestar. La dualidad, duro/blando, masculino/femenino, humano/divino, bello/feo, que no queremos vivir.
- Vivir colgado en esta dualidad tántrica que la muerte elimina de nuestros sentidos, eso es el arte que personas como Louise saben expresar en sus obras. Obras que fueron reconocidas en sus últimos 25 años de los 98 que ha vivido, rejuvenece pensarlo a mis sesenta años.
- Esta obra era para Louise un autorretrato como ella misma confesó: "Su naturaleza de pieza suspendida indica pasividad, pero la rotundidad de su masa expresa resistencia y duración. Es quizá un autorretrato, uno de tantos."
- Esta mujer quiso ser la esperanza de un mundo mejor con lo único que podía: con sus manos y con su razón.
- En el pueblo de mi padre, busco en el Ministerio de Cultura, y las dos únicas víctimas eran los maestros del pueblo. Un hombre y una mujer
- La puerta de Jano en Israel sigue abierta, y como todas las guerras hasta que no arrasen y rindan a su prójimo enemigo no pararán. Lo tienen asumido aunque cubran, con su dureza inhumana, de sangre y horror la cultura de un pueblo tan admirado como el hebreo. Repulsivo por injusto y estéril.
- Gracias Louise.
1 de junio de 2010
Janus, Louise Bourgeois
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3 comentarios:
> y las dos únicas víctimas eran los maestros del pueblo. Un hombre y una mujer.
Uff, leí ayer tu post y he dejado esta frase visible en el ordenador todo el día. Muy pocas palabras para dejar claras muchas cosas. Saludos.
No la conocía. La buscaré.
Gracias.
Abrazos.
Tampoco la conocía, así que me dedique a buscarla y realmente me ha impactado bastante.
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