- Próximo al final de mi vuelta número sesenta y una alrededor del sol, miro por la ventana y veo que nada ha cambiado desde el año anterior, el aire de la ciudad quizás más podrido.
- Tuve un sueño, hablaba con mi padre, pero no me dijo nada que no supiera, me quedó la ansiedad de poder preguntarle por su juventud, por los años cuarenta, cuando nadie hablaba.
- Esto calores que ahora nos aprietan como un traje incómodo, traen más palabras llenas de esperanza por algo diferente, para que todo pase pronto y, mientras tanto, apretar los dientes...
- Leo a Trapiello que habla de Carles Riba (¿nombre rescatado en Dublinesca?), entusiasta editor que apoyó y colaboró en la creación de la Institució de les Lletres Catalanes en 1938 con la República y que volvió en 1943 a trabajar como erudito y poeta con la dictadura de Franco. Riba tradujo a Kavafis. Releo su Monotonía:
A un día monótono otro
monótono, invariable sigue: Pasarán
las mismas cosas, volverán a pasar
los mismos instantes nos hallan y nos dejan.
Un mes pasa y trae otro mes.
Lo que viene uno fácilmente lo adivina:
son aquellas mismas cosas fastidiosas de ayer.
Y llega el mañana ya a no parecer mañana.
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