Cinema Elíseos |
He estado dos días en Zaragoza, mucho frio. Cerca de la plaza de Paraíso, toda en obras, me encuentro que mi cine Elíseos sigue, sigue vivo. Supongo que su interior estará igual, con su sala circular con adornos neoclásicos. Allí fue mi descubrir que el cine era también de arte y de ensayo, un invento para poder ver películas de Fellini, Truffaut, Bergman y también Luis Buñuel.
Ahora, después de tantos años, queda congelada la imagen del cine entre el cochambroso ruido de las máquinas como un eslabón silencioso que encadena a mi forma de sentir y de reflexionar sobre lo que me rodea. Intentar ser como en aquellos años 70 que buscábamos en la pantalla del Cine Elíseos las preguntas y las respuestas a la confusión de nuestros veinte años. Ahora son tiempos de esfuerzo para que la tristeza y el desanimo no agrande nuestras arrugas en este año 2012 con nubarrones tan oscuros en el horizonte.
1 comentario:
La vida es tan corta, el paso del también es inclemente. siempre me acuerdo del cuento de Borges de "EL Aleph" ese comienzo que recuerdo siempre porque acrecienta la idea de la muerte física, y claro, las muertes psicológicas que vivmos todos, con los cambios de los espacios que nos rodean, y no solo eso, sino las personas, sus aspectos y también el cambio del espíritu, al que le salen conchas.
Pero, aunque el tiempo nos gane a todos, como es regla; aunque la crisis no nos dé ánimos y aunque caigamos mil veces, nos queda el presente, el segundo donde no nos duele nada y nos permite pensar, ese presente debemos llenarlo de flores de colores y cantar a la alegría con música, que al final de cuentas, es una de las pocas cosas de la vida que aminora las penas.
Saludos y feliz año.
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