Acabo de leer a W. Gombrowicz, paseando por los bosques de Ring Kerry, donde la soledad es el marco y los árboles el sonido de tanta lluvia acumulada.
"Una pradera cubierta de abetos, de pinos, de rocas, soleada, caldeada; a mi espalda la casa imflamada de sueño, de moscas, ante mí la pradera y más allá la montaña, los bosques, todo en mi rededor eran montañas escarpadas y cubiertas de bosques, montañas increíblemente boscosas en medio del silencio."
En Cosmos, Witold te acerca a lo absurdo del paisaje, la naturaleza y los paseantes que vienen de no se sabe donde, pero que nos empujan a construir un mundo doméstico pero monstruoso.
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