En la rendija del cemento, como un dedo vivo que señala, crece un hierbajo rebelde en esta ciudad de sol y cemento. Dejo unos días el mar y las escaleras de la casa del pueblo para reencontrarme con trajes corruptos, alcaldesa desquiciada, cemento caliente y el libro de Patrick Modiano terminado.
"Calle de las tiendas oscuras" me ha intrigado por el narrador que busca su pasado paseando por la ciudad más llena de historias de la vieja Europa. El ir y venir por las calles con un mapa delante mientras lees me ha sorprendido aún más, la ficción plasmada en las fachadas de las casas y las aceras con Google. Deshacer los nudos de la memoria en las casas, en las calles, en las personas que las habitan es un modo de reconstruir lo más manipulable de nuestras historias personales y el relato de esas historias es lo que logra de un modo magistral el escritor.
Al final el libro, como ese hierbajo de la foto que hice cerca de casa, termina con una llamada a incredulidad por la intensidad con la que vivimos y la insignificancia de nuestra vida: "¿Y acaso no se esfuman en el crepúsculo nuestra vidas con la misma rapidez que es disgusto infantil?"
Mañana vuelvo al pueblo por ver si el mar trae de una vez por todas recuerdos de otros tiempos.
1 comentario:
Fotografía muy buena, y relato mejor. Saludos
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