En literatura son todo variaciones sobre una misma historia desde aquél día que uno vino a la cueva donde nos resguardamos del frío y nos contó lo que había visto y oído en la cacería. Luego otro lo representó mediante unos signos y otros muchos lo leyeron en voz alta durante mucho tiempo. Entre lo que realmente imaginó o sintió su autor y lo que luego comprendemos al leerlo hay dos saltos, como dos trampolines, en los que sus protagonistas son las imaginaciones del creador y del lector.
Raymond Queneau, un artesano de la escritura literaria, escribió un libro titulado "Exercices de style" (1947) en el que trata un mismo asunto de un centenar de maneras diferentes. El resultado además del virtuosismo manifiesto del autor para conocer tantas formas de escribir es una lección de creación y de humor gratuito.
En versión de Antonio Fernández Ferrer, el capítulo titulado "Arco iris" describe el asunto de la anécdota del autobús incluyendo los colores. Este ejercicio podemos verlo en la prensa diaria al informar un mismo asunto según el color de su clientela:
Raymond Queneau, un artesano de la escritura literaria, escribió un libro titulado "Exercices de style" (1947) en el que trata un mismo asunto de un centenar de maneras diferentes. El resultado además del virtuosismo manifiesto del autor para conocer tantas formas de escribir es una lección de creación y de humor gratuito.
En versión de Antonio Fernández Ferrer, el capítulo titulado "Arco iris" describe el asunto de la anécdota del autobús incluyendo los colores. Este ejercicio podemos verlo en la prensa diaria al informar un mismo asunto según el color de su clientela:
Un día, me encontré en la plataforma de un autobús violeta. Había allí un joven bastante ridículo: cuello índigo, cordón en el sombrero. De repente, protesta contra un señor azul. Le reprocha, especialmente, con voz verde, que lo empuje cada vez que baja gente. Dicho eso, se precipita hacia un sitio amarillo para sentarse.
Dos horas más tarde, me lo encuentro delante de una estación anaranjada. Está con un amigo que le aconseja que se haga añadir un botón en su abrigo rojo.
(Dedicado a todos los que escriben sin esperar nada a cambio, como en los blogs)
2 comentarios:
Dos autores más que me presentas. Interesantes. Lo agradezco.
(Y también la dedicatoria).
Abrazos.
Una vez leí que desde los griegos ya todo ha sido escrito, que la literatura consiste en rescribir la misma historia. Lo que marca el devenir literario no es el qué sino el como: innovación, creatividad y avance es una cuestión de estilo. Si ya todo ha sido contado, lo que debe importar a la literatura no es lo que se cuenta sino el como se cuenta.
Saludos y un abrazo.
PD: Pedro, aunque siempre me ha costado aceptar la idea de altruismo (incluso literario) voy a permitirme el lujo de sentirme aludida por tu dedicatoria.
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