Cuando sonó el teléfono, soñaba que en lo alto de la torre de la rotonda en construcción había una gigantesca pantalla de televisión. Pasaban imágenes mudas de las víctimas del accidente de metro de la Línea 1, se veía como orinaban algunos políticos afortunados por la lotería de la corrupción, se publicaban las cifras gastadas en la visita del Papa el mismo año, mostraba la fotografía de todos los trabajadores muertos en accidente laboral, las fosas vacías de la guerra civil con los nombres de todos los fusilados ahora dignamente sepultados.
Una voz de mujer rebotó en mi oído casi dormido:
- Me llamo Luciana Fillola y quisiera informarle que ha sido agraciado con un lote de libros de Susana Tamaro si responde correctamente a una pregunta que la voy a hacer. ¿Quiere usted participar?
Colgué angustiado, salí a la terraza y miré la torre en construcción. Un obrero había desplegado una pancarta que con grandes letras decía :
- Me llamo Luciana Fillola y quisiera informarle que ha sido agraciado con un lote de libros de Susana Tamaro si responde correctamente a una pregunta que la voy a hacer. ¿Quiere usted participar?
Colgué angustiado, salí a la terraza y miré la torre en construcción. Un obrero había desplegado una pancarta que con grandes letras decía :
De una cosa sólo Dios está privado: de hacer que no se haya realizado lo que ya está hecho. (Agatón)
Cuando terminen la torre mirador podré ver el mar, el mar que ellos mismos me han tapado con sus obras, pero ese mar ¿será el mismo de Aristóteles y Kavafis?
1 comentario:
Refrendo tus pasos en mis pasos, tus escritos en mis ojos y mi admiración para ti, tal vez no sea el mar de Aristóteles y Kavafis, pero deseo que encuentres un mar cotidiano, reposado...y mires lo que deseas ver...
Felicidades, sin la nostalgia de lo ido...
Un abrazo grande,,,
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