
"Las horas del verano" es una historia en tres movimientos: el primero, todos juntos, introducción a la vida de los personajes en la vieja casa, (flota en el aire A.Chejov); el segundo el derrumbe de un mundo lleno de recuerdos, sentimientos y de belleza por los objetos ;al final el de un mundo juvenil actual, distinto pero lleno de esperanza.
Creo que el mensaje, que flota en toda la historia, es demasiado evidente y le falta ese toque poético que por ejemplo le da Eric Rohmer a sus películas. Esa evidencia es por otra parte demasiado manida: la globalización, el individualismo, los recuerdos como algo desechable, la rancia Europa.
El mejor momento, para mí, es el rostro transformado fotograma a fotograma de Juliete Binoche por el dolor de la muerte de su madre. Entonces te viene a la cabeza tu propia vida, tu pequeña historia, el futuro y esto te emociona porque te sientes "Chejoviano", humano, demasiado humano.
olivier asayas