Después de leer el último libro (El padre de Blancanieves) de Belén Gopegui, uno se hace esa pregunta, ¿por qué no?, y el que no se la hace es porque abandonó su lectura en la página 30.
Es difícil encontrar a una escritora capaz de adentrarse en las aguas políticamente incorrectas de la crítica al capitalismo, de exaltación de lo colectivo frente al individualismo, de enaltecer la acción para cambiar todo este sistema, que hasta la Iglesia Católica critica, pero que nos vemos impotentes cuando cerramos el libro o apagamos la tele y nos vamos a dormir.
La foto ilustra muy bien el trabajo de esta escritora, incita a sumergirse en las aguas de un lago con cocodrilos y con prohibición de bañarse.
La novela algo fría en la exposición de los personajes, tiene uno, sujeto colectivo, que emite ocho informes objetivos, intemporales pero con párrafos como este:
"Los bárbaros, qué duda cabe, han empleado el "por qué no", los salvajes, los que tiraron la primera bomba atómica. También, del otro lado, Koch con el bacilo de la tuberculosis. "¿Por qué no? es la pregunta de las aplicaciones, el científico la conoce mejor que nadie. Y no voy a decir que es la pregunta de la esperanza, porque recelo de la esperanza. Pero no recelo del progreso. Ya sé que no está bien visto lo del progreso. Hasta la izquierda parece haber renunciado a él. No se confunda, por cierto, progreso con el famoso "desarrollo" que ha ido arrollando recursos, culturas, ecosistemas. Digo entonces mejoramiento, capacidad de convertir lo malo en regular, y lo regular en un poco menos regular, lo no preferible en sí preferible"
Es difícil encontrar a una escritora capaz de adentrarse en las aguas políticamente incorrectas de la crítica al capitalismo, de exaltación de lo colectivo frente al individualismo, de enaltecer la acción para cambiar todo este sistema, que hasta la Iglesia Católica critica, pero que nos vemos impotentes cuando cerramos el libro o apagamos la tele y nos vamos a dormir.
La foto ilustra muy bien el trabajo de esta escritora, incita a sumergirse en las aguas de un lago con cocodrilos y con prohibición de bañarse.
La novela algo fría en la exposición de los personajes, tiene uno, sujeto colectivo, que emite ocho informes objetivos, intemporales pero con párrafos como este:
"Los bárbaros, qué duda cabe, han empleado el "por qué no", los salvajes, los que tiraron la primera bomba atómica. También, del otro lado, Koch con el bacilo de la tuberculosis. "¿Por qué no? es la pregunta de las aplicaciones, el científico la conoce mejor que nadie. Y no voy a decir que es la pregunta de la esperanza, porque recelo de la esperanza. Pero no recelo del progreso. Ya sé que no está bien visto lo del progreso. Hasta la izquierda parece haber renunciado a él. No se confunda, por cierto, progreso con el famoso "desarrollo" que ha ido arrollando recursos, culturas, ecosistemas. Digo entonces mejoramiento, capacidad de convertir lo malo en regular, y lo regular en un poco menos regular, lo no preferible en sí preferible"
1 comentario:
La apreciación de la escritora se aleja de lo común, suprimir lo individual por lo colectivo, tienta a leerlo, ojalá logre conseguirlo por estos territorios ...
Un abrazo.
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