Y ahora que el tiempo va a cambiar de nombre, ahora que los bancos hacen balances, el paisaje cotidiano da un brinco de luces y músicas, apuremos la última copa del año y brindemos por el nuevo 2008, como diría Dorothy Parker, con un “No más catástrofes” - que cada uno defina las catástrofes como quiera- mientras leemos en voz alta los versos de Rilke:
¡Y nosotros: espectadores, siempre y en todas partes,
vueltos hacia todo, pero nunca hacia fuera!
Esto nos desborda. Lo ordenamos. Se derrumba.
Lo ordenamos de nuevo y nos derrumbamos nosotros.
¿Quién, pues, nos dio la vuelta de tal modo
que hagamos lo que hagamos siempre tenemos la actitud
del que se marcha? Como quien
sobre la última colina que una vez más le muestra
todo el valle se gira y se detiene, se demora,
así vivimos nosotros, siempre en despedida.
1 comentario:
Gran poeta y acertadamente lo que dices junto con él.
Te agradezco tu compañía.
Hoy y siempre lo mejor.
Recibe un abrazo.
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