Entre sus publicaciones hay un libro, “Alemania” (1810), en el que desparrama de forma muy elocuente su admiración y alabanzas a la cultura alemana. Muchas de sus opiniones por obvias han envejecido muy mal, pero al final del libro escribe un pequeño artículo sobre un tema muy de actualidad, el entusiasmo. Algo que es fácil de fomentar pero difícil de mantener durante mucho tiempo constantemente. Escribe Germaine Necker :
“Muchas personas se previenen contra el entusiasmo; lo confunden con el fanatismo, y es un gran error. El fanatismo es una pasión exclusiva, cuyo objeto es una opinión; el entusiasmo se repliega a la armonía universal: es el amor de lo bello, la elevación del alma, la alegría del sacrificio, reunidos en un mismo sentimiento lleno de grandeza y de serenidad. El sentido de esta palabra tiene su más noble definición entre los griegos: entusiasmo significa <>. En efecto, cuando la existencia del hombre es expansiva, tiene algo de divino.”
Termina calificando el entusiasmo como dignidad moral (palabra muy destrozada en estos tiempos, por estos paisajes valentinos):
“La tempestad de las pasiones se apacigua, los placeres del amor propio se marchitan: sólo el entusiasmo es inalterable; el alma misma se desplomaría en la existencia física, si no la arrancara al vulgar ascendiente del egoísmo algo magnífico y animado. Esta dignidad moral, que nada podría alcanzar, es lo más admirable que hay en la existencia; por ella, y en las penas más amargas, es hermoso haber vivido, como sería hermoso morir”
1 comentario:
Crees que morir sea hermoso? y vivir?, de cualquier manera, amigo, qué palabras tan bellas, no conocía tal escritora y creo que tu crítica debe ser atinada, por la manera en que expones el tema.
Visítame, para seguirte visitando, no quiero perder tu pista.
Me ha gustado el blog, un placer conocerte!
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