Hoy he rebuscado en una caja negra de zapatos entre papeles y viejas fotografías, y he encontrado esta acuerala surealista.
En esta pequeña acuarela de 1971 mostraba mi fascinación por Paris. En estos días de clausura y recogimiento, esta ciudad es la que me mantiene más ilusionado por volver a pasear por la Île de la Cité y el Boulevard de S. Germain.
Recuerdos melancólicos atrapados en un dibujo de hace más de 48 años.
Una y otra vez he sabido lo que es la duración;
al empezar la primavera, junto a la Fontaine Sainte-Marie;
en el viento de la noche, junto a la Porte d'Auteuil;
en el sol de verano del Karst;
volviendo a casa, de buena mañana, después de una unión.
Esta duración, ¿qué era?
¿Era un lapso de tiempo?
¿Algo mensurable? ¿Una certeza?
No, la duración era un sentimiento,
el más efímero de todos los sentimientos
(Peter Handke, La duración. Ed. Lumen1991)