Todos hemos mirado alguna vez a través de un orificio o agujero. Es la expresión más gráfica para representar el acto de la curiosidad. Una tarde de paseo por mi ciudad, miré por dieciocho y he aquí lo que encontré:
Orificio en la cabeza: “teleadicto embutacado”
Agujero en el asfalto: peatón sepultado
Orificio en la economía: fila de parados
Agujero en la autoestima: depresión galopante
Orificio en la capa de ozono: derroche de nuevos ricos
Agujero en la curiosidad: mente petrificada
Orificio en la humildad: fantasma en ascenso
Agujero en el Cash-Flow: ejecutivo cesado
Orificio en el nivel de vida: desigualdad social
Agujero en la palabra: confusión
Orificio en la lengua: buscarruidos desolado
Agujero en el deseo: silencio
Orificio en el despertador: disparo de salida
Agujero en el duodeno: alarma afónica
Orificio en la tolerancia: nazi sin disfraz
Agujero en la democracia: mayoría dormida
Orificio en la edad: jubilación anticipada
Agujero en el sexo: oblación al estrés
“Generalmente, se llama agujero cuando se produce naturalmente o por accidente y es irregular, y orificio cuando está hecho intencionadamente o tiene una función o finalidad, o es más regular”. (Diccionario María Moliner)