28 de febrero de 2007

ORIFICIOS Y AGUJEROS

Todos hemos mirado alguna vez a través de un orificio o agujero. Es la expresión más gráfica para representar el acto de la curiosidad. Una tarde de paseo por mi ciudad, miré por dieciocho y he aquí lo que encontré:

Orificio en la cabeza: “teleadicto embutacado”

Agujero en el asfalto: peatón sepultado

Orificio en la economía: fila de parados

Agujero en la autoestima: depresión galopante

Orificio en la capa de ozono: derroche de nuevos ricos

Agujero en la curiosidad: mente petrificada

Orificio en la humildad: fantasma en ascenso

Agujero en el Cash-Flow: ejecutivo cesado

Orificio en el nivel de vida: desigualdad social

Agujero en la palabra: confusión

Orificio en la lengua: buscarruidos desolado

Agujero en el deseo: silencio

Orificio en el despertador: disparo de salida

Agujero en el duodeno: alarma afónica

Orificio en la tolerancia: nazi sin disfraz

Agujero en la democracia: mayoría dormida

Orificio en la edad: jubilación anticipada

Agujero en el sexo: oblación al estrés

“Generalmente, se llama agujero cuando se produce naturalmente o por accidente y es irregular, y orificio cuando está hecho intencionadamente o tiene una función o finalidad, o es más regular”. (Diccionario María Moliner)

25 de febrero de 2007

TURIA


Es una pena que no pueda consultarse por internet, pero la revista TURIA que se edita en Teruel es una de las más completas en el ámbito de la escritura y que pasan desapercibidas para la mayoría de los interesados por la cultura literaria.

En este número 80 que tengo en mis manos hay un excelente cartapacio sobre Claudio Magris, “el escritor de fronteras”, donde podemos leer las opiniones sobre este germanista que nació en Trieste de entre otros Fernando Savater, Vila-Matas, Muñoz Molina, Valeria Bergalli. Son 135 páginas dedicadas a este autor que sabe como nadie vislumbrar en su mundo todo lo que une a los seres que pueblan las riberas del río que une, el Danubio.

En la revista se publican varios trabajos de ensayo, relatos y poesía, como estos versos de José Corredor-Matheos:

¿He de ir aprendiendo

lentamente, siempre con el cuidado

de saber donde piso,

midiendo mis palabras

y hasta mis pensamientos,

o de dar el gran salto

sin saber hacia donde?

Cierro bien la ventana

y corro la cortina,

pero sigo sin ver.

¿Es, esta oscuridad,

del día o de la noche?

No consigo olvidar

que no hay nada que tenga

algún sentido,

salvo saltar, saltar,

de pavor o de alegría.

23 de febrero de 2007

Antonio Machado, en recuerdo.

Hace sesenta y ocho años murió en Colliure (Francia), huido para no ser represaliado en el levantamiento de 1936 que nos trajo una dictadura sangrienta, cruel y triste. Murió pero no murió, Antonio Machado el profesor de Instituto de vocación ausente, resignado más que rebelde, el hombre que creía que el futuro de España estaba ligado a una cuestión de cambio de conciencia. Amigo de Miguel de Unamuno, pensaba que “La conciencia es anterior al alfabeto y al pan”.
Desde esta ciudad, Valencia, que vive obsesionada en un falso horizonte de progreso y bienestar y estalla en fuegos artificiales al lapidar las huertas cercanas con cemento y ladrillos, esta ciudad ruidosa que arranca campos de naranjas y limones por el terrible delito de haber nacido cerca del mar turístico, hoy, como homenaje, quiero recordar aquellos versos de Machado escritos hacen cien años con el castellano luminoso de su Andalucía infantil:

(A un naranjo y a un limonero)
Vistos en una tienda de plantas y flores

Naranjo en maceta, ¡que triste es tu suerte!
medrosas tiritan tus hojas menguadas.
Naranjo en la corte, ¡que pena da verte
con tus naranjitas secas y arrugadas!

Pobre limonero de fruto amarillo
cual pomo pulido de pálida cera,
¡que pena mirarte, mísero arbolillo
criado en mezquino tonel de madera!

De los claros bosques de la Andalucía
¿quién os trajo a esta castellana tierra
que barren los vientos de la adusta sierra,
hijos de los campos de la tierra mía?

¡Gloria de los huertos, árbol limonero,
que enciendes los frutos de pálido oro,
y alumbras del negro cipresal austero
las quietas plegarias erguidas en coro;

y fresco naranjo del patio querido,
del campo risueño y el huerto soñado,
siempre en mi recuerdo maduro o florido
de frondas y aromas y frutos cargados.

22 de febrero de 2007

Jonathan Swift y su Academia de Lagado en la blogosfera 2007



En su libro Viajes de Gulliver hay un capítulo dentro del Viaje a Laputa, que narra su visita a la Academia Lagado. Allí los científicos tratan de investigar por caminos nunca recorridos pero que si dan resultado se obtienen conocimientos muy prácticos para la vida de sus conciudadanos.

Uno de ese grupo de científicos trabaja en un proyecto cuyo objetivo es perfeccionar las ciencias y artes por medio de operaciones artesanales. Es decir, conseguir crear ciencia y arte sin necesidad de conocimiento alguno, únicamente es preciso darle a una manivela y la máquina creada nos daría el texto adecuado. Para ese proceso se ha fabricado un dispositivo con cuarenta tablillas giratorias en donde se han escrito todas las palabras del idioma elegidas al azar.

El objetivo es formar frases con sentido que son debidamente anotadas por unos escribientes, de este modo y con quinientas máquinas más…durante seis horas diarias…se podría alcanzar un conocimiento sin preparación científica.

Yo creo que ya hemos llegado a esa situación, con internet y los blogs. Los miles o millones de blogs que existen en todo el mundo puede ser un reflejo de esa gran máquina que fabulo el amigo Swift. Una información masiva, excesivamente abundante crea un espejismo de conocimiento fácil y accesible a cualquiera. La creación literaria que actualmente vemos en internet es fiel reflejo de que no siempre lo fácil es lo mejor como nos quieren convencer los vendedores de paraísos terrenales. Quizás sería curioso intentar hacer un experimento: anotar las dos,tres primeras palabras del primer párrafo de todas páginas visitadas y ver que relato nos sale al final de tres, cuatro, cinco años de visitas en nuestra blogosfera global.



20 de febrero de 2007

Cuadro con figuras: silencio


Dos personajes contemplan impasibles un paisaje amarillento y muerto. Fuera de las miradas nubladas de sus ojos no se aprecia ninguna señal de vida. Están sumidos en una ensoñación que no expresa ninguna viveza en sus ademanes.
El cielo azul se funde en una raya verde sobre el horizonte. Todo el paisaje es amarillo. El personaje sentado deja caer su manos, grandes y nudosas, en su regazo. Miran a la izquierda del espectador. Pegadas a ras del suelo, viejas fotografías en blanco y negro de personas jóvenes y niños.
El cuadro es grande y presenta una atmósfera de tranquilidad a los ojos de quien lo mira, pero no fuerza ningún ademán que implique una exclamación.
Los personajes del cuadro esperan a Odiseo
en silencio.

18 de febrero de 2007

El judío errante 2007



Ayer leí un artículo de Alberto Manguel en EL PAIS con el título de esta entrada. Además de explicar de forma clara y concisa el origen de esa leyenda cristiana de gran tradición antisemita, elabora una magnífica elipsis para después de transitar por las páginas de Sué, Lagerkvist, Twain Joyce, Borges, Stevenson planea sobre el significado más cercano del concepto viajar. Es el reverso del concepto del viaje, el errar, no la llegada. Transcribo : "En esta versión no se trata de viajar sino de huir. El Judío Errante debe dejar su tierra porque es perseguido, porque tiene hambre, porque no tiene trabajo. Debe escapar de la amenaza de los campos de concentración, de los gulags, de la llegada de las tropas, de la instalación de empresas multinacionales, de la deforestación, de la sequía o de la inundación, de la dictadura militar o de la religión....Debe esperar en un centro de refugiados del sur de España o del norte de Francia, la llegada de un supuesto redentor, mientras, a lo lejos, se oyen implacables las trompetas prometidas."

Más claro no puede decirlo este hombre que vive rodeado de treinta y cinco mil libros.

17 de febrero de 2007

La sexta foto



Un hombre con el pelo blanco y sombrero verde camina por un sendero de montaña, contempla el paisaje del valle profundo con el bullicio sordo de una pequeña cuadrilla de excursionistas que en la planicie cercana descansa. Más tarde en la habitación del hotel, al preparar el equipaje, comprueba que ha olvidado arriba en la cima su cámara digital, con las únicas cinco fotos que hizo en los últimos días.

Al verano siguiente, sentado en la terraza de un bar, observa el ir y venir de tantos jóvenes con sus mochilas, botas y gorras, concienzudamente disfrazados para caminar por las montañas como en una pasarela de moda. Toma su vaso de sidra con parsimonia mientras en la mesa de al lado dos mujeres charlan. Por los ademanes de sus manos una de ellas es feliz con el relato de sus viajes y encuentros. “El año pasado –gesticula con dedos largos y secos- encontré una cámara fotográfica olvidada en la cima, tenía cinco fotos de colores suaves, preciosas: un tren que atraviesa una llanura, un jilguero en la rama de un laurel, olas rotas en un acantilado, una multitud vociferante y la última, preciosa, es una niña que llora desesperada con un pajarico muerto en sus manos. Antes de llevarla a la oficina de objetos perdidos fotografié el mismo tema, el sonido, en otro escenario.”

No pudo ver sus gestos mudos, aunque oyera sus bocas desencajadas por la risa. Aquella tarde el funcionario de la oficina de objetos perdidos se negó, muy serio, a devolverle la cámara. Le describió las cinco fotografías excepto la última, la sexta, la más importante según decía el funcionario de la oficina.

16 de febrero de 2007

Barros oscuros




Escribir es como la segregación de las resinas; no es acto, sino lenta formación natural. Musgo, humedad, arcillas, limo, fenómenos del fondo, y no del sueño o de los sueños, sino de los barros oscuros donde las figuras de los sueños fermentan. Escribir no es hacer, sino aposentarse, estar.


(José Ángel Valente)



15 de febrero de 2007

Manos arriba



Las fantasías de Orwell ya están en la mente de algunos responsables políticos.

Ya están planeando el control por rayos X de todos los ciudadanos, por su bien, y gracias a los desvelos interesados de la industria y el terrorismo inflamado de los neocons angloamericanos.

Al final, la revolución sexual de los 60 hecha realidad por la policía: fuera ropas, todos felices y alegres, desnudos ante la mirada de los que más se preocupan por nosotros, los fieles servidores del Estado de turno.

Véase el ejemplo de una pasajera (¡qué casualidad!) en:

http://www.thesun.co.uk/article/0,,2-2007040610,00.html


El ladrón

Sólo una cosa
ha dejado el ladrón:
la luna en la ventana.
(Ryookan)

El poeta japonés, sus haikus , como un extraño en este mundo cosificado, repleto de pequeñas propiedades, cegado por el escaparate y el pantallismo llamativo.
Lo terrible es que el ladrón nos deja, sino lo impedimos con nuevas dosis de poesía, la luna enmascarada por el engaño y las patrañas.

14 de febrero de 2007

Dedos de rosa




"Al mostrarse la Aurora temprana de dedos de rosa…" (Homero)

La descripción del amanecer es para Homero el relato de un hecho inmortal.
Es de los dioses lo imperecedero, lo que no puede modificarse nunca, a lo que los humanos están sujetos sin violencia pero incontestable.
Lo que representa, del inicio de una nueva etapa, quizás el inicio de una nueva aventura, de una nueva forma de vivir, es la Aurora, hija de Hipérion y Selene, es el hilo del que tira incesante el lector, la atención que no decae y te ata irremediablemente.

12 de febrero de 2007

Informar es poder














(Fotografía de Alfred Domínguez)


El mes pasado asistí a una conferencia de Ignacio Ramonet sobre “Información y poderes”, impartida en el aula magna de la Universidad de Valencia. Con un principio indiscutible de que la información es poder, el ponente estableció la tesis de que hoy, recién estrenado el siglo XXI, los grandes medios de comunicación en un mundo intercomunicado y globalizado son algo parecido, en cuanto a poder, a lo que era la Iglesia en los siglos XII al XVII. Esos grandes medios que manejan cadenas de televisión, agencias de noticias, periódicos, productoras y distribuidoras de audiovisuales, nos ofrecen la información y los contenidos que alguien decide y que nosotros, pasivos consumidores, tomamos o dejamos. Pero que en cualquier caso, nos inquietamos, hablamos y discutimos únicamente de aquello que esas grandes empresas quieren. Y ahora, como en siglos pasados, ese enorme poder en tan pocas manos necesita un contrapoder. Ese contrapoder que un tiempo atrás representó la prensa escrita (el cuarto poder, decían), que tuvo un papel importante ante los abusos cometidos por jueces, el parlamento o el gobierno, ahora no existe porque está, salvo diminutas excepciones, sumergido en el fango pantanoso de esos grandes medios con intereses económicos muy definidos.
En el coloquio, un joven preguntó si ese contrapoder no podría ser perfectamente asumido por Internet (con todos sus medios instantáneos y variados). Puede, dijo Ramonet, pero también se está viendo como, por ejemplo, los blogs más difundidos y leídos en Estados Unidos también son adquiridos por las grandes corporaciones.
Yo pienso que en nuestro mundo real, ahora mismo veo por la ventana un nudo de avenidas con sus coches y tranvías, todos van a su propio interés de un lado a otro, mientras no haya grandes atascos insalvables, siempre existe una instancia individual que es el sentido común que nunca falla y tarde o temprano sabe colocar a las cosas y a las personas en su sitio. Y ese sentido común es fuerte y vigoroso mientras no se marchite algo muy humano: la curiosidad y la duda. Hay que fomentarlos

11 de febrero de 2007

Claro y conciso


Hay que empezar a escribir igual que de niño, despacio, cuando aprendías a caminar sobre tus dos pies. Miras al frente, sonríes pero tienes miedo de que al caer te hagas daño. Miedo al dolor, al escribir.
Mirar a los que te rodean, o a los que tú buscas para que te rodeen y aprender a ser claro, conciso y amplio en lo que quieres explicar o informar al mundo mudo.
El tema que puede interesar a muchos y a muchas, temas que inciten a la reflexión, a la fantasía, a la curiosidad, a la duda, al desasosiego, a la lucha por la felicidad, a la poesía como en la Grecia clásica.