He rescatado, de una caja abandonada en la bodega de la antigua casa, el libro de Heinrich Böll Retrato de grupo con señora. Aún huele a humedad oscura, a silencio, pero consigue que no lo deje desde que empecé su lectura. El autor escribe bajo la máscara de redactor de un informe objetivo sobre Leni y su entorno familiar, amoroso, amistoso y laboral. Hay un párrafo que habla de la protagonista y su relación con la metafísica.
"Como en cualquier momento se tendría que hablar de la relación de Leni con la metafísica, hagámoslo desde el principio: no tiene dificultad alguna con la metafísica. Está familiarizada con la Virgen María, recibe casi todos los días su visita a través de la pantalla de la televisión, asombrándose una y otra vez de que se trate de una rubia, y no tan joven como a ella le habría gustado; estos encuentros se producen cuando ya se ha hecho el silencio en la casa, muy tarde, por lo general, cuando los huéspedes duermen"
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"Leni y la Virgen María se intercambian sonrisas. Nada más, nada menos. Leni no sentiría el menor pasmo ni asombro si un buen día le fuera presentado, a través de la pantalla de la televisión, el Hijo de la Virgen María. En realidad, el autor ignora si no estará esperándolo. Con todo lo que ha ido sabiendo no le asombraría, desde luego. Leni sabe dos oraciones que de vez en cuando murmura: el padrenuestro y el avemaría. Además, un par de trozos del rosario. No tiene breviario, no va a misa, cree que en el espacio cósmico hay "seres con alma" (Leni). "
(Traducción de Jacobo Muñoz, Editorial Noguer, Barcelona 1972)
Hoy Leni seguiría mirando en la televisión la sonrisa de la Virgen María, pero ya no cree que existan seres con alma.
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