22 de marzo de 2012

Lo útil y el fracaso


El anónimo escritor de este sitio se resiste a su abandono después de trescientos apuntes. La vida no le deja espacios de reposo para escuchar y escribir palabras que no sabe dejar caer sino es aquí. Pero hoy, dia post-Fallas, fresco y relajado he comprado el último de Vila-Matas. He comenzado a leerlo en el autobús de regreso a casa, ha sido el estímulo para volver a estos parajes de silencio que yo rompo con el chasquido del teclado blanco.

Desde hace mucho, cuando llegan las Fallas, abandono la ciudad  más petardera que nunca, absurdamente repleta que agobia a los que no podemos divertirnos con tanto petardo y aglomeraciones. Además, la belleza que se exalta es abominable, ramplona, repleta de mensajes repetitivos y rancios:


Me temo que esto va a más, se busca lo útil, lo que sirva para el mercadeo sin tapujos es decir deducciones simplonas sin matices, publicidad machacona. Precisamente ayer, siempre leo tumbado en el sofá, me quedé de piedra con el libro de Henry Beyle Stendhal,1817, "Roma, Nápoles y Florencia" (Ed. Pre-Textos, Valencia 2006) -cito para que no se crea que me lo invento como Vila-Matas- leí: "Ya no somos lo suficiente felices para pedir la belleza, por el momento sólo deseamos lo útil. La sociedad va a pasar no se cuántos siglos persiguiendo lo útil" 

El estímulo "vila-matiano" me ha llegado al leer las primeras páginas de Aire de Dylan. El libro habla de fracaso y quizás esto, el tabú que representa hoy en día la palabra fracaso, sobre todo para no admitirlo y aprender, es lo que me lleva a seguir con esta escritura y apartarme de lo útil, de otros neg-ocios.

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