Voy poco al cine, es cuestión de mala organización de mis tardes y quizás también del aluvión de películas basura que nos tiran por las pantallas.
He visto El Havre de Aki Kaurismäki, una historia limpia, ordenada, con estilo, sin preciosismos, que me pone una inyección de esa vitamina tan escasa hoy en día, optimismo inteligente. Cuando ayudar al otro nace espontáneamente, sin concienciaciones baratas, de la mano de personas sencillas, poetas de la calle, es un buen toque de atención a tanta chatarra demagógica cibernética. Es un canto a la esperanza, tal vez al milagro. No recuerdo haber visto ninguna película de Kaurismäki, pero la atmósfera tan personal que consigue es un buen ejemplo de acto de creación de todo un artista.
Sencillamente, El Havre me ha llegado por su cercanía y color ante un tema tan dado a la tenebrosidad y la demagogia. Y además porque me emociona ver al limpiabotas protagonista, comer en su casa con su copa (no un vaso de "duralex") de vino, en silencio mientras su compañera lo mira.
1 comentario:
No había visto esta película pero conocía, sí, al director. Tomaré en cuenta la recomendación.
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