25 de abril de 2010

La cólera canta, oh diosa, del Pelida Aquiles


La lanterne des morts, Sarlat 2010.
"Aquiles ha perdido toda piedad y no tiene ningún respeto, don que a los hombres causa un gran daño o un gran beneficio." (La Ilíada, Homero)

Vuelve estos días, en este país de envidiosos, el antiguo deporte fratricida . El deporte de tirarse los muertos a la cabeza, un deporte que tradicionalmente gana el que más dolor causó.

¿Es posible vivir "en paz" con la certeza de que haya miles de cadáveres escondidos en cunetas y terraplenes? 

Me llama la atención el argumento leguleyo de que se pactó una ley en los años setenta para evitar esto, argumento que se obvia cuando se refieren a otros lugares, por ejemplo Israel, que violan todas las leyes internacionales necesarias para preservar "su paz".

En Sarlat hay un monumento del siglo XII, La lanterne des morts, que bien podría servir de modelo para construir, en todos los lugares donde se sabe con certeza la existencia de cadáveres, y así al menos reconocer su existencia. 

Por cierto, el arquitecto Jean Nouvel (1945) vivió de niño en Sarlat, durante la postguerra, y quizás este edificio lo asoció a la muerte. Asoció al horror con el futuro por eso lo reconstruyó en Barcelona.


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2 comentarios:

Gonzalo Muro dijo...

Supongo que es un tema difícil porque solemos pensar en él sobre nuestros prejuicios e ideologías o, al menos, tomemos la opción que tomemos siembre habrá indeseables que hagan bandera de la misma y con los que no nos gustaría estar al lado. Pero la reflexión que haces es necesaria y más en este momento.

Así que gracias por traerla aquí.

Saludos.

Hotel en Santa Marta dijo...

Definitivamente es más que notable que como seres humanos somos seres prejuiciosos que nos dejamos llevar por instinto, eso es lo "racionales" que decimos ser.