17 de septiembre de 2009

Sombras del estío, me arranco las visiones



Ahora, con el cielo reventando, con la calle a borbotones, los horarios de clase sobre la mesa, el ruido de los cristales mojados. Ahora presiento que el verano se acabó y que la sombra quiere quedarse siempre.

Ahora que llueve como todos los otoños nacientes, ahora que vuelve la prisa y el tiempo inquieto ,leo este poema del chileno Gonzalo Rojas, ahora me ataca la melancolía que nunca vence.

Contra la muerte

Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y siniestra con tal de prosperar en mi negocio.

No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.

¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?

Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.

No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.

Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, pero no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.

Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.

2 comentarios:

Fina dijo...

Que poema mas pesimista, realmente si miramos a nuestro alrededor no es grato lo que nos roedea, pero esto es la vida. No hay que callar, la verdad es dura hay que gritarla, pero debemos seguir luchando para cambiar nuestro mundo. No hay que olvidar que tambien hay cosas bellas, para verlas hay "conservar las visiones" no todo es negativo. Este poema es demasiado fatalista, me entristece, no quiero sentir melancolía, quiero mirar hacia adelante, lo que me quede por vivir quiero hacerlo con optimismo y esperanza. Saludos Fina

Clarice Baricco dijo...

Ufff que poema...pero sobre todo, lo que estás escribiendo últimamente, me entra una especie entre el disfrute y la saudade.
Bien amigo.

Encantador el enlace para regresar a tus letras pasadas. Me ha gustado.

Abrazos.


PD. ¿De casualidad tendrás otra foto de bici que hayas tomado? es que quiero poner una colectiva por pares, de algunos amigos. En caso de que la tengas, te lo agradeceré.