14 de octubre de 2008

Trompe l'oeil



"Caballero, una novela es un espejo que se pasea a lo largo del camino. Tan pronto refleja a nuestros ojos el azul del cielo como el fango de los cenagales del camino" (Rojo y Negro, Stendhal)


Este edificio en la Place de St. Roch en Montpellier es un trampantojo , en francés “trompe l’oeil”, refleja como un espejo una escena urbana abierta, jovial, juvenil, alegre. Refleja en sus cristales la iglesia que da nombre a la plaza. Un mundo de realidad, ficción y creencias por el que pululamos en busca de la armonía de nosotros mismos y el mundo que compartimos rodeados de engaños.


Estos días he visitado diversos lugares del Languedoc, entre la historia y el paisaje que nos abrazaba he sentido cercana la figura de Julien Sorel, joven encantador que huye por estas calles, plazas y mansiones en busca de una sociedad que no es la suya y que le rechaza.

1 comentario:

Sirena Varada dijo...

Cuánta razón tienes, Pedro. La búsqueda de la armonía supongo que es una constante; el rayo que no cesa, y que resulta demasiado difícil si hay que guiarse por nuestros reflejos y de los demás proyectados en un mundo en el que es harto complicado distinguir entre realidad y simulación.

Claro, que digo esto por no callar y por el placer de pasarme por tu blog. Tus reflexiones no admiten ni una coma.

Un saludo afectuoso.