1.- Sentado a la sombra del ginkgo biloba de los jardines de Monforte, he leído según un ex-jefe de los servicios secretos, que “algunas cosas es mejor que no se sepan nunca”. Es decir, la oscuridad y las cloacas son un bien para que el Estado funcione, de lo contrario esto sería el caos. Para ser libres nos tienen que ocultar ciertas actuaciones estatales. En todos los cuarteles, escuelas, iglesias y oficinas del Estado deberían poner un gran cartel que dijera “La oscuridad os hará libres”
3.- Según dicen ,cuando cayó la bomba de Hiroshima, uno de los pocos árboles que sobrevivieron cerca del epicentro fue un ginkgo biloba, representó la esperanza. Entre oscuridad estatal y armonía mojada por la primavera, uno bebe calmado su té verde en esta tarde valentina de mayo y piensa en qué demonios le pasa a la buganvilla de su terraza que se ha quedado anoréxica, casi sin hojas.
3 comentarios:
Entre el olvido (oscuridad) y la esperanza (luz), parece que se mueva nuestra vida. También lo vivo un poco así...
Y me ha gustado mucho leer tus tres reflexiones de hoy, tan tales cual, entre la lluvia y ese té verde, cargadas de cotidianidad. Tal vez porque, además de bien escritas, están bien vistas; y cada vez doy mayor importancia al don de la mirada...
Gracias, Petrus.
Sin saber de las oscuridades de las cloacas, leyendo bajo la poderosa sombra de un árbol, y viendo llover… así va pasando la vida.
Gracias por plasmar un ejemplo tan conmovedor y poético de supervivencia… aunque se trate de un árbol. Siempre he sentido empatía por todo aquello que se mantiene en pie más allá de cualquier circunstancia.
Un beso
¡Qué interesante! Creo firmemente en lo que dices, la verdad absoluta es maldición, y al fin y al cabo¡Qué demonios! nada es absoluto aquí. Nosotros no lo somos, vivimos en un mundo que flota felatinosamente encima de otro; oscuro, tenebroso, repugnante.
La lluvia, podría decirte que es una depuración. El agua limpia las anergías negativas, el olor a tierra mojada es uno demis preferidos entrw todos los que existen.
Saludos de afecto, Petru.
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