15 de mayo de 2012

Vila-Matas y Bernhard, el yo y los otros


Estos dias de mucho hacer y deshacer que me lleva a dedicar poco tiempo a esta página, mantengo la atención en el libro de Vila-Matas, Aire de Dylan, y he hallado una vez más un momento de "conexión ficcional" de un párrafo del libro:
Uno nunca sabe quién es. Son los demás los que le dicen a uno quién es. Te explican tantas veces quién eres y de formas tan distintas, que el final uno acaba por no saber en absoluto quién es. Todos dicen de ti algo diferente. Incluso uno mismo está siempre cambiando de opiniones. Si a eso añadimos que uno se esfuerza por sorprender a los otros siendo varias personas al mismo tiempo, lo que en verdad acaba sucediendo es que terminamos no teniendo ni la menor noción de quién somos o podríamos haber sido. (Juan Lancastre, La interrupción.)
con otro, de un escritor ya fallecido y del que leí muchos de sus libros. Es un narrador lleno de contradicciones pero que sabe ligar la acritud del odio con el humor de la esperanza, Thomas Bernhard. Tengo desde hace varios años un cuadro, encima de la mesilla de noche,  con una página de El País que recoge precisamente el párrafo que, maravillas de la ficción, tiene una reflexión sobre la identidad del yo y la referencia de los otros muy parecida a la de  Vila-Matas:
Durante toda la vida estamos con personas que no saben de nosotros lo más mínimo, pero pretenden continuamente saberlo todo de nosotros, nuestros parientes y amigos más próximos no saben nada, porque nosotros mismos sabemos pocos de ello. Nos pasamos toda la vida explorándonos y llegamos una y otra vez hasta los límites de nuestros medios intelectuales y renunciamos. Nuestros esfuerzos acaban en una deprimición fatal, una y otra vez mortal...( El sótano, pag 130, Ed. Anagrama, 1989)