19 de febrero de 2011

TV3 en Valencia: SIN SEÑAL



Julien Gracq es un artista de imágenes del silencio cómplice. Leer El mar de las Sirtes, es encontrar un tesoro de palabras  que deforman un mundo absurdo pero real para entender algo tan sencillo como la vida que nos rodea.

Ahora en la Valencia (España), mea pilas, petardera y pecadora, el señor que la gobierna democráticamente ha dado la última lección de su buen hacer en pos de la libertad y la justicia: ha cerrado por asfixia una cadena de televisión española que no era de su cuerda. Y  en la ciudad, con palabras robadas a Gracq, se hizo un silencio torpe y cansado.

Sigo con Gracq y su relato "marino" cuando habla de unas sombras negras que en la historia se funden con la desgracia de ese pueblo:
la historia de un pueblo está jalonada acá y allá como con piedras negras por ciertas figuras de sombra, condenadas a una execración particular, menos por haberse excedido en le perfidia o la traición, que por la facultad que, contrariamente, parece concederles la perpesctiva del tiempo de fundirse hasta llegar a formar un solo cuerpo con la desgracia pública o la acción irreparable, que, manifiestamente, y hasta más allá de lo que de ordinario le es dado al hombre, han asumido total y plenamente en la imaginación de todos.

16 de febrero de 2011

Del culto de los libros



Vuelve Borges. En su texto de 1951 Del culto de los libros, cita a Leon Bloy:
"No hay en la tierra un ser humano capaz de declarar quién es. Nadie sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué corresponden sus actos, sus sentimientos, sus ideas, ni cuál es su nombre verdadero, su imperecedero Nombre en el registro de la Luz...La historia es un inmenso texto litúrgico, donde los iotas y los puntos no valen menos  que los versículos o capítulos íntegros, pero la importancia de unos y de otros es indeterminable y está profundamente escondida. (L'Âme de Napoleón, 1912)."
Añade Borges: el mundo, según Mallarmé, existe para un libro; según Bloy, somos versículos o palabras o letras de un libro mágico, y ese libro incesante es la única cosa que hay en el mundo: es, mejor dicho, el mundo.
(0bras completas, Jorge Luis Borges, Circulo de Lectores,1992)

Hoy, año 2011, ese libro incesante está en internet a quien cada día le rinden más culto y se hace más oscuro, más confuso, inmerso en la niebla contaminada. Hasta  le adjudican al ilustre ciego poemas y escritos que nunca escribió ni dictó.

3 de febrero de 2011

Soberanía


Al ver en las noticias las movilizaciones civiles en el norte de África, en contra de sus gobiernos autoritarios, uno repasa un poco los apuntes de clase de Filosofía y se pregunta:

La fuente real de la soberanía ¿reside en el gobierno (Maquiavelo, Hobbes, Hegel), o en Poder Divino (religiones monoteístas), o en el pueblo ( Rousseau), o en la Constitución  (Montesquieu), o en la razón (Kant) o en los mercados como nos dice Z. Bauman?

No es sencillo, pero todas las señales nos indican que es el mercado: sin mercado no habríamos llegado hasta aquí. Y por supuesto, esto lo saben muy bien los mercaderes y sus esbirros. Y en un mercado de economía globalizado, como el actual, los regímenes políticos tienen una tendencia a organizarse de forma  parecida porque las reglas del mercado lo precisan.