10 de octubre de 2011
7 de octubre de 2011
Diez minutos
Esta es la segunda parte de las estrofas finales:
Yo necesito estar solo
He andado largo tiempo
por los helados campos de Östergötland.
Jamás he visto un alma.
En otras partes del mundo
hay quienes nacen, viven, mueren
en permanente aglomeración.
El estar siempre visible -vivir
en un enjambre de ojos-
tiene que dar al rostro una expresión singular.
El tumulto sube y baja
mientras se reparten entre sí
el cielo, las sombras, los granos de arenas.
Yo necesito estar solo
diez minutos por la mañana
y diez minutos por la noche.
-Sin programa.
Todos hacen cola ante todos.
Muchos.
Uno.
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