31 de agosto de 2011

Hojas de estío 2011. Regreso al asfalto


Regresar, lo bueno de regresar, 
es darte cuenta que nada ha cambiado en tu casa,
 en tu calle, en tu ciudad. 
Te hace feliz si cuando te fuiste a otra lugar, 
con intención de volver, nada borró el pasado
que te persigue.

El asfalto es la comodidad y la rutina que nos envuelve
como a las ratas urbanas.
 La rutina que como la rueda de la vida
 aplaca nuestros miedo. 
Todo sigue con el ritmo que nos marcan la luz,
los dioses y los políticos de turno.

Esta noche, después de ver catástrofes y crisis financieras en la televisión, he vuelto a leer un poema del escritor noruego, Jan Erik Vold, real como el asfalto y que se mueve como una rueda en la historia:
Poema, Enero 1992
Dicen que la tormenta
que azotó el noroeste ha costado
mil millones.
La quiebra bancaria del año pasado, sabemos
que costó veinte mil.
Es decir: los dioses del clima tendrían que desatar
un huracán
cada tres semanas
durante un año entero para poder medirse
con las catástrofes causadas por los banqueros.
¿Visita el Rey
a los damnificados por la banca?

(Del libro Poesía Nórdica, Ediciones de la Torre, Madrid, 1995)

1 comentario:

Clarice Baricco dijo...

El primer poema es maravilloso.