12 de marzo de 2011

De un tiempo lleno de cristales rotos: Japón earthquake


Y parecía como si cada cual bebiese en él (tiempo) su esperanza y su fuerza como en el primer golpe de viento de alta mar; por encima de las diferencias de clase y riqueza, aquella especie de fraternidad espontánea de la calle se parecía a la de los hombre embarcados en la misma nave y unidos por la solidaridad de una tripulación cuando zarpa el buque y se apagan en la imaginación palabras como "muerte" o "enfermedad", para encenderse otras como "tifón" o "naufragio"
(El mar de las Sirtes, Julien Gracq) 



Ver por las noticias del terremoto de Japón, la fragilidad y al mismo tiempo la solidaridad humana me ha recordado esta frase de Gracq. Japón siempre me ha parecido un enorme barco lleno de hormigas, todas juntas, todas apegadas a una cultura que no quiere sucumbir al paso del tiempo. 
El tiempo esa palabra tan difícil de definir y tan vulgar, como la vida misma.

2 comentarios:

Las veredas dijo...

En 1992 Emilio LLedó publico un corto, pero denso artículo sobre "la educación de la mirada" y entre otras muchas e importantes reflexiones dice: "Jamás ha habido en la historia de la humanidad la posibilidad de ver tal cantidad de horrores, aberraciones y maldades como en nuestro tiempo. Ante esa inundación de crueldad, los ojos humanos, que no estan hechos para ese exceso de dolor, acaban por insensibilizarse o, en el peor de los casos, por aceptar como natural lo que es patológico. Porque los ojos que han visto realmente la guerra, la furia, la destrucción y el dolor al haber estado allí y han sufrido la violencia en su carne, sentirían al mismo tiempo, la inviabilidad de tales caminos y habrían experimentado la terrible saturación de esos horrores que nunca podrían ni querrían ver. Pero esa avalancha de imágenes, reales o ficticias, con que los modernos medios de comunicación nos alimentan, supera toda capacidad humana..."
Quizás esa patología que muchos sufrimos nos hace insensibles a las desmesuras, ya sean por mano del hombre o de la naturaleza.
Juan.

Clarice Baricco dijo...

Y tanto que aprenderle. Tanto.

Abrazos.
G