26 de mayo de 2010

Un caracol paralizante

"El verdadero silencio es un espacio en blanco que puede interrumpir el silencio mismo" (Pascal Quignard)
Nunca he comprendido cómo puede organizar su vida un escritor con muchas actividades sociales y escribir todos los días. Es posible que sea algo "profesional", como cualquier oficinista que acude todos los días a su mesa en la oficina y no se muere de asco.

Este mes de mayo se me ha hecho muy corto, casi como si hubiera vivido todo en un día, lo cual me alegra porque el tiempo detenido es algo mortuorio, pero a la vez es  un tiempo en el que la reflexión y la tranquilidad para poder escribir se ha esfumado.

Encima de la mesa, como si quisiera correr de verdad, veo la portada de Dublinesca que últimamente no leo y presiento que la lectura, una vez más, está reñida con las preocupaciones inquietantes. Y pienso en los caracoles, como en el sueño del comisario Montalbano de Andrea Camilleri, que de niño me paralizaban al ver como se deslizaban por mi brazo, se movían sin pausa, dejando su rastro baboso. Un contacto suave, sin pausa, paralizante que invita al silencio.


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16 de mayo de 2010

El poder y sus acólitos

30 de diciembre de 1816
Es un desprecio amargo el que el noble piamontés siente hacia el burgués. En Milán, este desprecio es tranquilo; casi no se hace notar en Bolonia, y es que a fin de cuentas el hijo de un zapatero puede hacerse sacerdote y llegar a ser papa como Pío VII.
(Henry Beyle Stendhal) 

Este podría ser un resumen de Rojo y Negro, pero la inquietud persiste en nuestros tiempos cuando el burgués de hoy es la clase media mayoritaria y sus valores los dictan los agazapados tras el poder.

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12 de mayo de 2010

Toscana o Irlanda

Planear un viaje es morir un poco, es fijar un destino del que no sabes nada más que un nombre y el temor a encontrar lo no buscado te encierra en el cuarto oscuro del temor.

Además de pensar en la Toscana o en Irlanda, es también tener en la mesa a Stendhal o Vila-Matas, es tratar de encontrar en el paisaje los recuerdos de las palabras leídas.

Vengo de la reunión de un Jurado literario y se debate, en un momento de conflicto, sobre la primacía entre un relato u otro, pensando en el interés hipotético de un lector medio determinado o en unos puntos concretos de calidad narrativa. En casi todos los relatos presentados, por personas de más 55 años, el recuerdo y la memoria son el escenario en que discurre la acción.

Creo que el destino me acercará antes a Irlanda que a Italia, leo  Dublinesca:
Ahí está Dublín, algo difuminada en el centro de su bahía. Pasa una muchacha con una radio portatil en la que suena This boy, de The Beatles. Y con la canción llega una repentina nostalgia del tiempo en el que él también estuvo cerca de la "raza de los padres". Ya no es joven y no sabe si podrá soportar tanta belleza.




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