26 de enero de 2010

Harry and me



(Foto de Geoff Cordner, Harry Dean Stanton and nude woman, Los Angeles 1994)


Nunca he sabido por que un determinado actor, que no es de los más fulgurantes, puede ser atractivo en el sentido cinematográfico, es decir, que al aparecer en la pantalla provoca un determinado sentimiento que oscila entre la desazón y el afecto.


Esta situación puede ser que sea un residuo, desecho más bien, de una digestión filosófica del sentido de la vida representada en la figura  del cuerpo del actor, imagen desvalida, desaliñada, atormentada pero decidida. Inquieta pensar que bajo esa imagen puede estar representada la fijación infantil de búsqueda del padre orientador y justiciero.


La última película que vi de Harry Dean Stanton fue "Una historia verdadera" de David Linch, me emocionó el final. Esa escena colofón de atracción-repulsión, es genial.
La foto es del incruento fotógrafo Geoff Cordner que estuvo por estas tierras en 1993.

18 de enero de 2010

Nostalgia




  1. Los sabañones, las risas al rascar los dedos rojos de frío.
  2. El frío blanco de la infancia rodeado de maestros violentos sin querer y de miradas de odio sin codicia.
  3. La nieve siempre de aquel  niñito sobre la mesa del comedor, blanco de muerte.
  4. Las varas de latonero, de cerezo, de olmo detrás de la tarima, junto a la pizarra negra, el dolor acre.
  5. El silencio que llama en mis tímpanos reblandecidos y líquidos.
  6. La nieve recuerdo de la niñez que sobrevivió a las manos y palabras afectuosas de un padre homicida.
  7. Aroma de cirios franciscanos que hablan de luz en la oscuridad de la iglesia.
  8. Los tebeos escondidos del Capitán Trueno, luego rotos.
  9. Me vienen imágenes sin sonido del sublime Tarkovsky, de lienzos inmensos de Kiefer y de sueños  que no cesan cuando el  tranvía revienta el polvo de los rieles.

12 de enero de 2010

Libre como una vaca



"¡Libre como una  vaca, como una ostra, como una rata!
Pero las ratas no buscan conciliar el sueño durante horas. Pero las ratas no se despiertan sobresaltadas, invadidas por el pánico, empapadas en sudor. Pero las ratas no sueñan y, ¿qué puedes hacer tú contra tus sueños?"
(Un hombre que duerme, Georges Perec, 1967)

Nada, buscar con Freud una explicación en los deseos que se muestran en tus sueños. Dice Fernando Savater que Freud es como Lucrecio, Montaigne o Nietzsche, pensadores antisocráticos. El hombre no yerra por ignorancia sino por deseo y este en mi sueño de anoche, con subterráneos del metro de París, con terrenos enfangados de granjas lejanas con senderos cruzados por lechones muertos y risas de ventanas cercanas hizo que al despertar me sintiera como el hombre que duerme de Perec, como una vaca, como una ostra, como una rata.

Me fascinan de siempre las historias de hombres que quieren desaparecer, que quieren romper con su vida cotidiana, al final, como en una pesadilla, piensan:

- No estás muerto, no te has vuelto loco.

3 de enero de 2010

Mi río




Recuerdos tal vez de cuando viví en Logroño, aunque la foto sea de Dresde, me vienen cuando leo que Juan Villoro se refiere al río como un relato que fluye, un lago un relato detenido y una montaña es un relato inaccesible.

Esta idea del relato que fluye asociada al río es esencial, es entender que una narración es algo que fluye y al menos cuenta con dos orillas, la del lector y la del autor para contemplar lo que el río arrastra.

Cuando empecé este blog, fue como un juego, quise que fuera como un espacio entre lo que discurre sin parar y el instante de silencio que rodea un descubrimiento. Los ríos y las montañas son mis paisajes favoritos que llenan mis recuerdos, porque donde vivo no veo ni ríos ni montañas. Este espacio de escritura, a veces pienso que sustituye a aquellos, mitiga mi añoranza de poder vivir al lado de un río con una montaña al fondo. Las imágenes me llegan de Zaragoza, de París, de Praga, de Berlín, de Dresde, ciudades atravesadas por ríos con muchas historias vividas y leídas.