2 de octubre de 2010

En Valltorta con Pessoa

Dice  Pessoa 
"Confieso que estoy cansado del Universo. Tanto Dios como yo (el diablo) dormiríamos de buen grado un sueño que nos liberase de los cargos trascendentes con los que fuimos investidos, no sabemos cómo. Todo es mucho más misterioso de lo que se cree, y todo esto (Dios, el Universo y yo) no es más que un falso refugio de la verdad inalcanzable" (La hora del diablo, Ed. Acantilado)
En este paisaje de Castellón, poblado de abrigos y cuevas entre los cortados acantilados,vivieron hace seis mil años unos seres que también supieron trazar su presencia en lo imperecedero de las rocas. Sobrecoge el ánimo imaginar la mirada de aquellos nómadas cazadores, que acaban de descubrir el silencio y los símbolos en su búsqueda.




Las pinturas que aún perduran, hablan, gritan, se mueven, estremecen con su violencia.  Eran la expresión de un sueño, lo único que permanece, la verdad inalcanzable en su refugio roquero al borde de la sima.
Luego en el autobús, al regreso, leí de un tirón el librito kantiano del joven Pessoa y pensé, dentro de seis mil años, si alguien encuentra este archivo blogueril en alguna cueva cibernética, quizás también se asombre de ver nuestros silencios y símbolos tan infantiles.

2 comentarios:

Luis Rivera dijo...

Tuve esa sensación, más grosera por ser más cercano el sujeto de la observación, paseando el otro día por Lucentum.

Clarice Baricco dijo...

A veces digo que Pessoa es mi padre.
Lindas fotos.


Abrazos.