12 de octubre de 2010

El ruido de las nubes

Nubes I

Todo el día con el cielo encapotado, con lluvia, que desde la ventana contemplas sin nadie en la calle de esta ciudad ruidosa, beata y altanera. Y añoro las nubes de ayer, gordas, esbeltas que cambian de forma con un ritmo marcado por la luz del sol que se resiste a marcharse como el perro canela de mi niñez cuando lo apartabas de un plato con comida y gruñía porque no quería venir a correr por las calles de Caspe.
Por un momento he pensado si el rozar de las nubes entre sí hará algún ruido, y me pregunto como se llama ese ruido. Peter Handke, ¿dónde está?, no menciona en su libro Los Avispones el ruido de las nubes al pasar. Define muchos ruidos como el de 
  • unas cortinas o una bandera agitada por el viento, a ese ruido se llama flamear. 
  • El chocar la arena contra el cristal se llama crepitar. 
  • El golpeteo de la lluvia sobre un tejado de zinc, tamborileo.
  • El ruido del viento en los álamos, como el murmullo del agua.
  • El ruido de la hierba mojada que mueve el viento, siseo.
  • El ruido de los guardabarros flojos de una bicicleta, traqueteo.
  • El ruido de la bicicleta antes de caer, chirrido.
  • El de un cable tendido al viento, zumbido.
  • El de las camisas mojadas en el tendedero, palmoteo.
  • El ruido de la vara que golpea las piedras se llama trallazo.

El ruido de las nubes al rozarse, que algún día oiré, se llama nubesizo

1 comentario:

Clarice Baricco dijo...

Necesito mirar más arriba y descubrir nubes. Quizá rojas o amarillas.
Me gustó mucho lo que compartes de Handke.


Abrazos.