12 de mayo de 2010

Toscana o Irlanda

Planear un viaje es morir un poco, es fijar un destino del que no sabes nada más que un nombre y el temor a encontrar lo no buscado te encierra en el cuarto oscuro del temor.

Además de pensar en la Toscana o en Irlanda, es también tener en la mesa a Stendhal o Vila-Matas, es tratar de encontrar en el paisaje los recuerdos de las palabras leídas.

Vengo de la reunión de un Jurado literario y se debate, en un momento de conflicto, sobre la primacía entre un relato u otro, pensando en el interés hipotético de un lector medio determinado o en unos puntos concretos de calidad narrativa. En casi todos los relatos presentados, por personas de más 55 años, el recuerdo y la memoria son el escenario en que discurre la acción.

Creo que el destino me acercará antes a Irlanda que a Italia, leo  Dublinesca:
Ahí está Dublín, algo difuminada en el centro de su bahía. Pasa una muchacha con una radio portatil en la que suena This boy, de The Beatles. Y con la canción llega una repentina nostalgia del tiempo en el que él también estuvo cerca de la "raza de los padres". Ya no es joven y no sabe si podrá soportar tanta belleza.




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2 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Ayyyyy....

Me falta poco para terminar el libro y siento nostalgia de ese no querer llegar al final.
También me acaba de entrar nostalgia con la canción que pusiste. (En dos semanas iré a ver a Paul Mc.)
Tengo tantas ganas de viajar. Dichoso tú.

Abrazos.

Sirena Varada dijo...

A Irlandanda, en Septiembre. Los paisajes de "El hombre tranquilo", "La hija de Ryan" y por supuesto "Dublinesca".

Un saludo, Pedro.