31 de diciembre de 2010

Gruta sin sombras



En la medida íntima de la vida que nos es restituida, renacemos a nuestra fuerza y a nuestra alegría, pero a veces la nota es grave y nos sorprende como las pisadas de un paseante que hacen resonar una caverna; es que ha abierto una brecha mientras dormíamos; una nueva pared se ha desplomado bajo el embate de nuestros sueños y ahora nos tocará vivir largos días como en un cuarto familiar cuya puerta inesperadamente diese a una gruta.
 Termina el año con estas palabras leídas en una gruta sin sombras. Desde El mar de las Sirtes se vive un paisaje cercano pero de un no-lugar, pura literatura.

Literatura como reproche



Pronunciada como reproche, "literatura" es una abreviatura del lenguaje tan intensa que poco a poco ha comportado también -quizá existía esa intención desde el principio- una abreviatura del pensamiento que elimina la perspectiva correcta y hace que el reproche caiga al suelo mucho antes de llegar al blanco y muy desviado...
(F. Kafka, Diarios, Agosto 1917)

papel escrito que después de leerlo olvidamos al cabo de dos meses. La literatura como abreviatura del lenguaje que siempre se recupera cuando abrimos un libro o encontramos en Internet un rastro que nos lleva a leer sin prejuicios sin temer que nos echen en cara algo que no esperábamos encontrar recluido entre aquellas palabras escritas.

24 de diciembre de 2010

Noche de turrones


En el supermercado he visto muchas mujeres con el pelo muy arreglado, de peluquería; compraban turrones, bombones y bebidas. Preparaban la noche con materiales para construir:
"Un muro de obstinación mansa y tenaz contra lo inesperado, lo repentino"(J.Gracq)

23 de diciembre de 2010

La duda del pájaro bobo



En estas fechas me siento un tanto extraño con la algarabía, con la dictadura de que hay que estar alegre si no quieres dar la imagen de que no eres feliz.

Me siento como un pingüino indeciso, pero al final tendré que dar el paso, el salto para no caer en el escepticismo paralizante.




"La noche estaba tan quieta como si en ella estuvieran elevando una lámpara" (J.Gracq)

12 de diciembre de 2010

Veo lo que ha desaparecido, eso es el cine




En este corto realizado por Jean Luc Godard, dentro del film "Ten minute older" rodado por varios directores, se muestra el sentido del cine en el seno de lo más humano: la historia, el amor, la memoria, la muerte, el silencio. Muy tétrico y alegórico, Godard juega al escondite con las más profundas manipulaciones de nuestra sociedad.
Como espectador, muchas veces me olvido de algo muy elemental: lo que veo en la pantalla es lo que ha desaparecido. Por eso el cine es un lenguaje muy distinto al literario y es una traición ver una película como si leyeras un libro.

8 de diciembre de 2010

Para el recuerdo, sin mirarnos




"Estamos sometidos a la mirada del otro. Naturalmente, es necesario reconocer la existencia del otro"
(W. Gombrowicz)

¿Cuántas veces habré pasado por este semáforo? ¿Siempre diferentes peatones?
Son los mismos humanos, vecinos de paseo dominical pero con caras diferentes porque nunca nos miramos, nos ignoramos.
Sus vestidos no dicen nada, son como máscaras que quieren expresar lo que no son, es el autoengaño con el que nos codeamos desde que salimos a la calle.
La cámara pinta el instante que la memoria borrará de nuestros recuerdos, en estos días de otoño primaveral.

4 de diciembre de 2010

"Destribución" de Basilio Martín Patino



Creo que lo decía W. Benjamin, pero da igual, "ningún poema es destinado al lector, ninguna pintura al aficionado, ninguna sinfonía al oyente" también se puede decir que ninguna película es filmada para el desconocido espectador masificado.
El problema es que los "medios", esas películas, no las distribuyen; más bien las "destribuyen" enclaustrándolas en videotecas desconocidas.



¿Dónde está Octavia (2002) de Basilio Martín Patino?

25 de noviembre de 2010

Copia Certificada, lo oculto

Dice Abbas Kiarostami que el cine es el arte de mostrar sirviéndose de la ocultación.
 "No quiero hacer un cine en el que el público tenga que cerrar los ojos o desviar la mirada, quiero que mire la pantalla para intentar ver lo que no muestro. Hay cosas en las que creemos sin haberlas visto nunca."
Ver "Copia certificada" es darse cuenta que el buen cine lo que nos muestra es como el espejo sthendaliano pero inquietándonos para que al salir de la sala observemos nuestra vida y nos fijemos en los otros. Es una película llena de espejos, ventanas, parejas, copias.
Hay una escena que lo expresa mejor, resumido, todos los temas que nos va mostrando el director para decirnos que nada es original, todos somos copias. Es curioso el consejo que le da al protagonista el señor mayor de la plaza, el gran Jean Claude Carrière.

21 de noviembre de 2010

Fotomatón

Sentados delante de la cabina toda la tarde, nadie salió.
Nunca supieron que la mujer que vieron entrar ya no existía. Aquella mujer tenía que sacarse una foto para el certificado de defunción.

7 de noviembre de 2010

Felicidad eterna


Hoy he recordado una frase de Stendhal al ver por la televisión imágenes de la visita del Jefe de Estado del Vaticano, el representante de Dios que une su cargo político con la defensa de las creencias religiosas de la mayor secta hebrea. La Iglesia Católica, Apostólica y Romana es la institución religiosa más importante cuyos fundamentos más visibles se basan en los ritos, símbolos, ropajes, monumentos y joyas.  Este hombre, teólogo dicen, es la personificación de la felicidad eterna como la entendía Henry Beyle que mucha gente, descreídos, apóstatas y ateos no entienden:

"No son las acciones más o menos útiles a los hombres, es el cumplimiento escrupuloso de los ritos lo que, en este país, conduce a la felicidad eterna. El italiano siente y cree que se es feliz aquí abajo satisfaciendo sus pasiones, y, en la otra vida, por haber cumplido con los ritos."
 (Roma, Nápoles y Florencia. Ed. Pre-Textos)

27 de octubre de 2010

ARREPENTIMIENTO


Hoy al pasar por la Avenida de los Naranjos y pisar con descuido las hojas de los plátanos he pensado en el arrepentimiento. Las hojas caídas no pueden tener pesar por lo que acaban de hacer, ni tampoco enmendar el lienzo que esbozan con sus pinceladas castañas, ni reparar el daño que hacen al erario municipal.

Veo en las noticias de la televisión que un alcalde se arrepiente de unas palabras, suponemos que antes pasaron por el cedazo de su cerebro, dichas en relación con los labios de una joven ministra.
Pero hoy la prensa menciona las palabras, también suponemos que antes de emitirlas fueron pensadas, de un escritor y académico de mucho éxito en ventas de libros de aventuras que ha pronunciado sobre las lágrimas de emoción de otro ministro al despedirse en el parlamento español. No se ha arrepentido, por ahora, sino que emite más calificativos groseros que según el diccionario de su academia son definidos como bastos, ordinarios y sin arte.

Las hojas, el político y el escritor quedan a merced del viento de hoy, pero son un ejemplo de una frase que leí estos días de Enrique Vila-Matas en su Perder teorías: 
"Hasta el siglo XIX, el gran político y el gran escritor podían confluir en una similitud solidaria de lenguajes. La novela decimonónica retrataba el mundo con las mismas categorías que presidían la labor del político que construía el mundo. En el siglo XX, aquella solidaridad se quebró" Todo ello gracias a Flaubert, Kafka y Robert Musil.
No anda torcido Vila-Matas en esa frase, falta decir que hoy son pocos los grandes escritores capaces de trazar, con su nueva forma de narrar, un sentido de la vida diferente. Sentido de la vida que es en definitiva de lo que trata el autor de un relato.
Las hojas, esos políticos y algunos académicos de la lengua se quedan a merced del viento y de las escobas giratorias de las máquinas limpiadoras.

12 de octubre de 2010

El ruido de las nubes

Nubes I

Todo el día con el cielo encapotado, con lluvia, que desde la ventana contemplas sin nadie en la calle de esta ciudad ruidosa, beata y altanera. Y añoro las nubes de ayer, gordas, esbeltas que cambian de forma con un ritmo marcado por la luz del sol que se resiste a marcharse como el perro canela de mi niñez cuando lo apartabas de un plato con comida y gruñía porque no quería venir a correr por las calles de Caspe.
Por un momento he pensado si el rozar de las nubes entre sí hará algún ruido, y me pregunto como se llama ese ruido. Peter Handke, ¿dónde está?, no menciona en su libro Los Avispones el ruido de las nubes al pasar. Define muchos ruidos como el de 
  • unas cortinas o una bandera agitada por el viento, a ese ruido se llama flamear. 
  • El chocar la arena contra el cristal se llama crepitar. 
  • El golpeteo de la lluvia sobre un tejado de zinc, tamborileo.
  • El ruido del viento en los álamos, como el murmullo del agua.
  • El ruido de la hierba mojada que mueve el viento, siseo.
  • El ruido de los guardabarros flojos de una bicicleta, traqueteo.
  • El ruido de la bicicleta antes de caer, chirrido.
  • El de un cable tendido al viento, zumbido.
  • El de las camisas mojadas en el tendedero, palmoteo.
  • El ruido de la vara que golpea las piedras se llama trallazo.

El ruido de las nubes al rozarse, que algún día oiré, se llama nubesizo

3 de octubre de 2010

Ortega, lo insocial.


Continuo con mi trabajo doméstico de limpiar la librería. Quitar el polvo acumulado y de paso retirar aquellos libros que pienso no necesitaré y que destierro al apartamento de la playa. 
En muchos de esos libros encuentro recortes de periódico, hojas secas de árboles que me dieron sombra, calendarios de bolsillo, billetes de autobús y párrafos subrayados que al leerlos treinta o cuarenta años después me pregunto si conservan el mismo sentido.
Del aristocrático Ortega encuentro un librito de aquella colección RTV que tan importante fue para muchos  en los oscuros días del franquismo. En este libro de hojas ahora despegadas leo un párrafo de El EspectadorEl fondo Insobornable es un artículo de exaltación barojiana de la vida,  resaltado a lápiz con un paréntesis:
La creencia dogmática y fanática en los tópicos dominantes será siempre dueña de la sociedad, y los temperamentos críticos, originales, innovadores, habrán de sufrir ahora y dentro de mil años una temporada de lazareto que a veces no acaba sino después de su muerte. La sociedad es el área triunfal del hombre medio y el hombre medio tiene una psicología de mecanismo tradicionalista. Sobre ella no alcanzan influjo las ideas y valoraciones hasta que no han cobrado patina y se presentan como habituales, con su pasado tras de sí.
 Repasando con la mirada atenta, desde la ventana televisiva, uno queda asombrado por la sociedad del hombre medio que nos quieren mostrar las grandes empresas de comunicación masiva. Pero el horror apaga esa mirada cuando ves a los lumbreras que nos gobiernan por estas tierras y descubres el resto insocial o insociable que llevamos dentro en lo profundo de un oscuro agujero.
Tomo un bote de pegamento y reparo el librito orteguiano para dejarlo de nuevo en el estante de la librería junto a Musil.

2 de octubre de 2010

En Valltorta con Pessoa

Dice  Pessoa 
"Confieso que estoy cansado del Universo. Tanto Dios como yo (el diablo) dormiríamos de buen grado un sueño que nos liberase de los cargos trascendentes con los que fuimos investidos, no sabemos cómo. Todo es mucho más misterioso de lo que se cree, y todo esto (Dios, el Universo y yo) no es más que un falso refugio de la verdad inalcanzable" (La hora del diablo, Ed. Acantilado)
En este paisaje de Castellón, poblado de abrigos y cuevas entre los cortados acantilados,vivieron hace seis mil años unos seres que también supieron trazar su presencia en lo imperecedero de las rocas. Sobrecoge el ánimo imaginar la mirada de aquellos nómadas cazadores, que acaban de descubrir el silencio y los símbolos en su búsqueda.




Las pinturas que aún perduran, hablan, gritan, se mueven, estremecen con su violencia.  Eran la expresión de un sueño, lo único que permanece, la verdad inalcanzable en su refugio roquero al borde de la sima.
Luego en el autobús, al regreso, leí de un tirón el librito kantiano del joven Pessoa y pensé, dentro de seis mil años, si alguien encuentra este archivo blogueril en alguna cueva cibernética, quizás también se asombre de ver nuestros silencios y símbolos tan infantiles.

26 de septiembre de 2010

Walter Benjamin el eterno flâneur

Dublín, Julio 2010

Ocho años antes de venir yo a este mundo, justo el 26 de septiembre, se suicidó en un hotel de Port-Bou un europeo que iluminaba el pensamiento de su tiempo. Walter Benjamin sufrió la humillación, la derrota, la muerte por vivir antes de tiempo.

En su libro-recopilación "Libro de los pasajes" escribió:
Por primera vez en la historia, con el nacimiento de los grandes almacenes los consumidores comienzan a sentirse como masa. Con ello aumenta extraordinariamente el elemento circense y espectacular del comercio.
Las modas son un medicamento, tomado a escala colectiva, dirigido a compensar los efectos nocivos del olvido. Cuanto más breve es una época, tanto más se encuentra remitida a la moda. 
La experiencia de nuestra generación: que el capitalismo no morirá de muerte natural. 
El estudiante nunca acaba de aprender, el jugador nunca tiene bastante, el flâneur siempre tiene algo que ver. La ociosidad se orienta a una duración ilimitada que escapa fundamentalmente del mero gozo sensible, sea del tipo que sea.

24 de septiembre de 2010

Lenz de G. Büchner o la existencia como lastre


El relato que escribió a los 22 años se abre a muchas lecturas. Lo leí sin buscar doble sentido, hay que dejarse arrastrar por las palabras.

Se habla de un hombre que huye de su familia, que lo buscan, la enfermedad que sobresale en el paisaje montañoso, demasiado humano por el tormento de su mente.

"El día 20 iba Lenz por la montaña. Las altas cumbres y las cimas cubiertas de nieve; valle abajo, rocas parduscas y abetos. Hacía un frío húmedo, el agua murmuraba en su descenso por las rocas y salpicaba el camino.
No sentía el cansancio, lo único que a veces le resultaba molesto era no poder andar cabeza abajo."

Quizás hay que detenerse únicamente cuando se lanza a pensamientos que buscan lo más difícil de entender, el sentido de lo imperecedero.
"Hay que amar a la humanidad para adentrarse en el propio ser de cada uno, nadie debería resultarnos demasiado simple, demasiado feo, solo entonces podremos entenderla"
 Georg Büchner escribió poco en los pocos años que vivió, su exquisita educación de científico y pensador le impidió acabar como el poeta de Charleville.

19 de septiembre de 2010

Pasto insaciable



No suelo recordar los sueños. Cuando despierto a veces repito una palabra y luego, mientras me levanto, busco palabras derivadas, pero de lo soñado ni rastro.
La otra noche desperté en medio de un sueño, estaba ante un cruce de dos ríos caudalosos. Como si fuera el cruce de dos calles, las aguas discurrían de lado a lado y de arriba abajo sin que el sentido de la corriente se viera alterado por sus fuerzas. En un momento preciso vi cómo por un lado de la escena se alejaban tres o cuatro figuras casi ocultas entre los torbellinos de agua. Desaparecieron de forma rápida. Eran tres o cuatro patos, con sus cuellos estirados y su pico cerrado.
Esa imagen que las palabras tratan de desentrañar se reducían a ríos y unos patos que se alejan. Agua y aves, las palabras que más saltaron en la retina de mis ojos durante el viaje a Irlanda, en aquel paisaje verde y húmedo que poco a poco se esfuma en el recuerdo y que pronto quedarán enterradas en el cementerio del olvido, igual que mi madre o que el admirado J.A. Labordeta.
Mientras, el verano se va con botas de agua, leo a Huidobro:

Yo estoy aquí de pie ante vosotros
Se me caen las ansias al vacío
Se me caen los gritos a la nada
Se me caen al caos las blasfemias
Perro del infinito trotando entre astros muertos
Perro lamiendo estrellas y recuerdos de estrella
Perro lamiendo tumbas
...
Pasto en las fauces del insaciable olvido

11 de septiembre de 2010

Noche irlandesa



Killarney, Julio 2010
No recuerdo quién dijo que a determinados actos se les llama patrióticos o populistas según el plumero del comunicador, esto nos pareció aquella noche.
Cuando cae la noche irlandesa, la ciudad se vuelve jesuítica, es decir, taimada. Enmudecen las campanas de sus iglesias cristianas y comienza la música alegre de los bares.
Aquella noche, en Killarney, fuimos a un bar con músicos al igual que algunos turistas extranjeros y familias enteras de alegres irlandeses de todas las edades. Todos cantan y aplauden a la sombra de sus pintas de cerveza.
En la pared cercana a donde nos sentamos vi la estampa enmarcada de un Corazón de Jesús con sus aniñadas manos que señalan el cielo y sus entrañas cardíacas. Al terminar las actuaciones musicales, todos se ponen en pie y entonan, serios y sonrojados, el himno nacional del país. Unos se van, pero la mayoría sigue apurando su pinta de cervez negra.
En la calle el silencio marca los ritmos de los peatones que van a sus casas.

5 de septiembre de 2010

Hojas de estío 2010, el tejo



Después de una buena caminata por el Parque Nacional de Killarney llegamos a esta abadía de Muckross, en ruinas, que fundaron los franciscanos en el siglo XV. En Irlanda hay muchos conventos, abadías, monasterios e iglesias abandonadas desde la revolución eclesiástica de Enrique VIII.
En el claustro, arropado por las arcadas musgosas, junto a la nave sin techo de la iglesia ha sobrevivido el tejo más antiguo, eso dicen, de Irlanda. Es muy posible que los frailes levantaran su monasterio sobre las ruinas de algún monumento de los celtas, para los que el tejo era un árbol sagrado.

Aquello parecía un contrasentido. Los hombres construyen un templo a un Dios y la naturaleza preserva lo que tiene raíces en sus entrañas y el fuego de la historia ha respetado. El árbol sagrado para fabricar arcos y flechas, el árbol para envenenar a enemigos ha sobrevivido gracias al claustro construido por unos frailes que creían en la vida de la naturaleza.

3 de septiembre de 2010

Hojas de estío 2010, Pollock


Cerca de Killarney, camino de Lord Brandon's Cottage, vi una casa abandonada. En aquel paraje montañoso, con una lluvia que sin ser molesta nos impulsaba a caminar más deprisa no pude dejar de mirar por la ventana desvencijada. 
Y allí estaba, como una obra del borrachín de New York, en manos del tiempo por gracia del abandono de los pobres que se fueron a mejores tierras. Irlanda un país que eleva monumentos a sus próceres y a sus hambrunas.
Igual que Pollock, el tiempo, no pinta una imagen plasma una acción, que es lo que el paseante puede ver en aquella humilde casa abandonada cerca de Killarney, cuando la suave lluvia de agosto abrillantaba las paredes abandonadas.


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30 de agosto de 2010

Hojas de estío 2010, bosques


Acabo de leer a W. Gombrowicz, paseando por los bosques de Ring Kerry, donde la soledad es el marco y los árboles el sonido de tanta lluvia acumulada.

"Una pradera cubierta de abetos, de pinos, de rocas, soleada, caldeada; a mi espalda la casa imflamada de sueño, de moscas, ante mí la pradera y más allá la montaña, los bosques, todo en mi rededor eran montañas escarpadas y cubiertas de bosques, montañas increíblemente boscosas en medio del silencio."

En Cosmos, Witold te acerca a lo absurdo del paisaje, la naturaleza y los paseantes que vienen de no se sabe donde, pero que nos empujan a construir un mundo doméstico pero monstruoso.




23 de julio de 2010

Hojas de estío 2010, Dublineses




Joyce si no hubiera sido por Nora habría sido un simple profesor de idiomas que soñaba con ser un gran escritor, más famoso que W.B. Yeats. Lo consiguió a base de sablazos a amigos y familiares, quedándose casi ciego, huyendo de la pobreza y miseria de su casa paterna. Creía en la literatura sobre todas las cosas humanas.

En Un triste caso, de su libro Dublineses, leo en esta noche lluviosa antes de tomar el avión a Galway.

No tenía colegas ni amigos ni religión ni credo. Vivía su vida espiritual sin comunión con el prójimo, visitando a los parientes por Navidad y acompañando el cortejo si morían. Llevaba a cabo estos dos deberes sociales en honor a la dignidad ancestral, pero no concedía nada más a las convenciones que rigen la vida en común. Se permitía creer que, dadas ciertas circunstancias podría llegar a robar en su banco, pero, como estas circunstancias nunca se dieron, su vida se extendía uniforme -una historia exenta de peripecias. 

18 de julio de 2010

Hojas de estío 2010, la llama



No los he leído todos. Después de Desgracia perdí el interés. En general, yo diría que su obra carece de ambición. El control de los elementos es demasiado férreo. En ningún momento se tiene la sensación de un escritor que deforma su medio para decir lo que nunca se ha dicho antes, que, a mi modo de ver, es lo que distingue a la gran literatura. Demasiado frío, demasiado pulcro, diría yo. Demasiado fácil. Demasiado falto de pasión. Eso es todo.”

Ficción autobiográfica. Esto es Verano, que estos días he leído cercado por una brisa, fresca y bulliciosa, cerca del Mediterráneo. El relato edificado sobre cinco personajes entrevistados para una biografía del premio Nobel fallecido John Coetzee (pura ficción), donde se recopilan opiniones sobre sus dificultades para relacionarse, su obsesión por escribir, su aclimatación al régimen racista sudafricano de los años setenta.

Es una invitación a leer sus libros y encontrarse con un escritor que es capaz de decir sobre si mismo, en boca de la madre de una alumna suya:


“Porque, a mi modo de ver, tener talento narrativo no basta si uno quiere ser un gran escritor. También tienes que ser un gran hombre, y él no lo era”
“¿Cómo puedes ser un gran escritor si no eres más que un hombrecillo normal y corriente? Sin duda debe de haber cierta llama en tu interior que te distinga de la gente de la calle. Quizá en sus libros, si uno los lee, pueda ver esa llama”

11 de julio de 2010

Hojas de estío 2010, demolición.


Al salir de la residencia donde está ingresada traté de recordar su imagen de antaño, cuando sus ojos me reconocían y sus manos eran menos transparentes.
Ver a un grupo de personas muy mayores, algunos aislados en un sueño incomprensible, con sus miradas vacías, es ver los estragos del tiempo en nuestros cuerpos, la demolición que se inició sin darnos cuenta cuando éramos más dichosos.
En esa soledad tan cruel, soledad quizás deseada para no sufrir tanto en compañía de seres queridos, uno se diluye como el agua en la arcilla de un pantano seco.
Esos rostros, anticipo de los nuestros, que no apreciamos pero que un día llenó nuestras vidas y que ahora remueven los recuerdos de nuestra infancia, de nuestra juventud. Esos rostros son como las casas antiguas, ahora abandonadas, en pueblos solitarios y lejanos de las ciudades, que el tiempo desdibuja como los recuerdos y que la imaginación los llena de vida.

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4 de julio de 2010

Hojas de estio 2010, el autor



Dejo a Riba confuso en las nieblas del mar de Dublin, optimista por la aparición del autor envuelto en su gabardina de misterio. Está es la verdad de la creación literaria, el autor. V-M cita a más se sesenta autores. Qué importa que sus palabras estén grabadas en tablillas de arcilla, de papiro, a mano o en máquinas o en soporte digital...

Miro al Mediterráneo curado de espantos, y no dice nada con el mismo ruido de siempre aunque esté roto por algún bocinazo de un turista nervioso que llega cansado de Zaragoza.

Dice el narrador "Toda vida es un proceso de demolición, pero los golpes que llevan a cabo la parte dramática de la tarea...no hacen patente sus efectos de inmediato" , mientras, escucho una de las canciones que suenan entre las paginas de Dublinesca antes de coger el Verano de Coetzee.


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25 de junio de 2010

Villa Amalia



La película de de Benôit Jacquot poco tiene que ver con el libro de Pascal Quignard, el principio del relato y poco más.
Esa huida de la pianista, hacia el Mediterráneo, rotura de todo lo que ha vivido hasta entonces no termina en el Mediterráneo como vemos en la película con una Isabelle Huppert fría y distante, casi antipática. La búsqueda de la soledad queda someramente reflejada, pero en el relato está mejor trazada con el final asumido de una vejez solitaria, como realmente es.
En el Mediterráneo vivió con otras personas, en un paisaje luminoso, y se estrelló con un drama en la soledad de la que huyó. Vuelve a Bretaña, a las brumas, pero ya no es la misma y se encuentra con otra muerte. Es la mejor forma de envejecer, asumir la soledad: "hay un placer no estar solo, sino en ser capaz de estarlo"
Quignard es un escritor de lo bello, con sus imágenes sabe pintarnos a los personajes. Los humanos vestidos, sus vestidos son expresión de su estado. Al final del relato, nos viste a Ann de esta forma:
La vejez y la soledad la volvieron más huesuda. El cuerpo se había vuelto rígido. El cabello se le había puesto completamente blanco. Cambió de nuevo, radicalmente, de forma de vestirse. Con un toque de varita mágica aparecieron faldas inmensas. Hubo que dejar los vaqueros grises descoloridos, las camisas de hombres de algodón blanco, las viejas cazadoras de cuero de Georges. Ropa usada suntuosa, chaquetas de seda, amplios blusones pálidos, amplios forros polares grises y suaves invadieron espacio.

16 de junio de 2010

Bloomsday, un brindis



Releo esta noche a James Joyce, el año pasado sirvió para escribir una aportación en el blog El lamento de Portnoy. Esta vez no me puedo abstraer del cotidiano acuchillamiento que nos rodea, como si el espectáculo de las cuchilladas de muchos personajes públicos fuera algo ya totalmente asumido. 
Sin que el reloj se detenga leo en voz alta:
-Pero no sirve para nada -dice-. Fuerza, odio, historia, todo eso. Ésa no es vida para hombres y mujeres, insultos y odio. Y todo el mundo sabe que eso es exactamente lo contrario de lo que es la verdadera vida  
-¿Qué? -dice Alf.
 -El amor -dice Bloom-. Quiero decir lo contrario de odio. 
Luego brindaré por el eterno irlandés con un vaso de vino blanco, una tostada de pan con aceite de oliva, y ...

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12 de junio de 2010

La obscenidad del silencio


Todo lo que está fuera de la escena es lo que atrae. Ob-sceno.Y el silencio es siempre un estado que incita a salir pero también a quedarse. No se fomenta el silencio por obsceno del mismo modo que no se fomenta la reflexión.


"No hay acción en sus cuadros. Y a todos ellos, sin excepción, los impregna una actitud muy firme: tras la calma extrema y la inmovilidad, se percibe el acecho de un elemento indefinible y tal vez amenazador"
(Dublinesca, Enrique Vila-Matas)

Leo en silencio,después de observar esta imagen de Wilhem Hammershøi, unos versos de un poeta ruso desconocido que encuentro en Woolgathersome, como si tuvieran en sus manos la última obra de E. Vila-Matas.

En una ventana cegadora
repentinamente
el túnel del amanecer a lo largo de la escalera
apareció en toda su definición
como los pasos que aceleran a través de las hojas soleadas
y todo bajó suspendido y silencioso.
Los crujidos se ocultaron,
los pájaros tragaron sus voces,
el sol separó inmóvil sus rayos
y los rayos de sol susurraron en los ojos.
Como en este mundo caído en silencio…

La imagen del cuadro, el párrafo de Dublinesca y estos versos anónimos cubren, como un telón, el  silencio abortado de esta ciudad petardera.



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10 de junio de 2010

Las palabras ciegas

Estos días, después de ver "Los girasoles ciegos", pensé en mi padre y no me perdono no haber hablado, cuando tenía mi edad, de sus años de la postguerra. Siempre guardó silencio, silencio cómplice o de dolor aceptado. Nunca lo sabré.


Leo "Las armas y las letra" de Andrés Trapiello, su padre también estuvo en el frente de Teruel y posiblemente en la trinchera enfrentada a la del mío. Ahora es bueno recordar lo que escribió Azaña cuando suponía que los caídos en las trincheras envían destellos de su luz como un mensaje de :
Paz para vivir, piedad para olvidar y perdón para recordarlo todo, sin dañar ni dañarnos, y alcanzar, con más letras que armas, el noble y nada difícil oficio de ir tirando, con libertad y justicia, cosas todas ellas que encierran palabras del salmista: "pasan nuestras días y acaban nuestros sueños [...] como quien cuenta un cuento.
 Mi hija N me ha el regalado el libro sin que supiera que estos días, tan primaverales, aquí en Valencia he recordado tiempos de infancia incompletos, días de palabras ciegas, en sombras.

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1 de junio de 2010

Janus, Louise Bourgeois




  • Muere Louise Bourgeois y su serie de esculturas Janus derriten su bronce para que veamos cómo las dos caras del dios romano reviven, una vez más, en Israel. Siempre con las puertas del templo de su particular abiertas.
  • Hace unos años cuando vi su exposición en el Museo Reina Sofía, me sentó como un revulsivo, cómo un vómito que te inunda de bienestar. La dualidad, duro/blando, masculino/femenino, humano/divino, bello/feo,  que no queremos vivir. 
  • Vivir colgado en esta dualidad tántrica que la muerte elimina de nuestros sentidos, eso es el arte que personas como Louise saben expresar en sus obras. Obras que fueron reconocidas en sus últimos 25 años de los 98 que ha vivido, rejuvenece pensarlo a mis sesenta años.
  • Esta obra era para Louise un autorretrato  como ella misma confesó: "Su naturaleza de pieza suspendida indica pasividad, pero la rotundidad de su masa expresa resistencia y duración. Es quizá un autorretrato, uno de tantos."
  • Esta mujer quiso ser la esperanza de un mundo mejor con lo único que podía: con sus manos y con su razón.
  • En el pueblo de mi padre, busco en el Ministerio de Cultura, y las dos únicas víctimas eran los maestros del pueblo. Un hombre y una mujer
  • La puerta de Jano en Israel sigue abierta, y como todas las guerras hasta que no arrasen y rindan a su prójimo enemigo no pararán. Lo tienen asumido aunque cubran, con su dureza inhumana, de sangre y horror la cultura de un pueblo tan admirado como el hebreo. Repulsivo por injusto y estéril. 
  • Gracias Louise.



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26 de mayo de 2010

Un caracol paralizante

"El verdadero silencio es un espacio en blanco que puede interrumpir el silencio mismo" (Pascal Quignard)
Nunca he comprendido cómo puede organizar su vida un escritor con muchas actividades sociales y escribir todos los días. Es posible que sea algo "profesional", como cualquier oficinista que acude todos los días a su mesa en la oficina y no se muere de asco.

Este mes de mayo se me ha hecho muy corto, casi como si hubiera vivido todo en un día, lo cual me alegra porque el tiempo detenido es algo mortuorio, pero a la vez es  un tiempo en el que la reflexión y la tranquilidad para poder escribir se ha esfumado.

Encima de la mesa, como si quisiera correr de verdad, veo la portada de Dublinesca que últimamente no leo y presiento que la lectura, una vez más, está reñida con las preocupaciones inquietantes. Y pienso en los caracoles, como en el sueño del comisario Montalbano de Andrea Camilleri, que de niño me paralizaban al ver como se deslizaban por mi brazo, se movían sin pausa, dejando su rastro baboso. Un contacto suave, sin pausa, paralizante que invita al silencio.


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16 de mayo de 2010

El poder y sus acólitos

30 de diciembre de 1816
Es un desprecio amargo el que el noble piamontés siente hacia el burgués. En Milán, este desprecio es tranquilo; casi no se hace notar en Bolonia, y es que a fin de cuentas el hijo de un zapatero puede hacerse sacerdote y llegar a ser papa como Pío VII.
(Henry Beyle Stendhal) 

Este podría ser un resumen de Rojo y Negro, pero la inquietud persiste en nuestros tiempos cuando el burgués de hoy es la clase media mayoritaria y sus valores los dictan los agazapados tras el poder.

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12 de mayo de 2010

Toscana o Irlanda

Planear un viaje es morir un poco, es fijar un destino del que no sabes nada más que un nombre y el temor a encontrar lo no buscado te encierra en el cuarto oscuro del temor.

Además de pensar en la Toscana o en Irlanda, es también tener en la mesa a Stendhal o Vila-Matas, es tratar de encontrar en el paisaje los recuerdos de las palabras leídas.

Vengo de la reunión de un Jurado literario y se debate, en un momento de conflicto, sobre la primacía entre un relato u otro, pensando en el interés hipotético de un lector medio determinado o en unos puntos concretos de calidad narrativa. En casi todos los relatos presentados, por personas de más 55 años, el recuerdo y la memoria son el escenario en que discurre la acción.

Creo que el destino me acercará antes a Irlanda que a Italia, leo  Dublinesca:
Ahí está Dublín, algo difuminada en el centro de su bahía. Pasa una muchacha con una radio portatil en la que suena This boy, de The Beatles. Y con la canción llega una repentina nostalgia del tiempo en el que él también estuvo cerca de la "raza de los padres". Ya no es joven y no sabe si podrá soportar tanta belleza.




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29 de abril de 2010

De libros con Stendhal y Coetzee


Ya es una ceremonia, no hay año que evite la feria del libro. Y lo curioso es que para mí todos los días que puedo, me acerco a las librerías.

Este año han sido dos libros muy diferentes, pero por dos de los grandes.



"Verano" de J.M. Coetzee 

Autobiografía en forma de cuestionario periodístico escrito por el propio autor. Leo, al hablar de Sudáfrica:

¿Qué habría sido lo bastante utópico para él?
El cierre de las minas. El arrasamiento de los viñedos. La disolución de las fuerzas armadas. La abolición del automóvil. El vegetarianismo universal. La poesía en las calles. Esa clase de cosas.



 "Roma, Nápoles y Florencia" de Stendhal.

Abro la página en la que escribe el narrador viajero:
7 de abril de 1817.-
...Todas las almas generosas desean ardientemente la resurección de Grecia, pero se obtendría algo parecido a los Estados Unidos de América, y no el siglo de Pericles. Llegamos al gobierno de la opinión; así que la opinión no tendrá tiempo para apasionarse por las artes. ¿Qué importa? La libertad es lo necesario, y las artes algo superfluo, de lo que muy bien puede uno prescindir.

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25 de abril de 2010

La cólera canta, oh diosa, del Pelida Aquiles


La lanterne des morts, Sarlat 2010.
"Aquiles ha perdido toda piedad y no tiene ningún respeto, don que a los hombres causa un gran daño o un gran beneficio." (La Ilíada, Homero)

Vuelve estos días, en este país de envidiosos, el antiguo deporte fratricida . El deporte de tirarse los muertos a la cabeza, un deporte que tradicionalmente gana el que más dolor causó.

¿Es posible vivir "en paz" con la certeza de que haya miles de cadáveres escondidos en cunetas y terraplenes? 

Me llama la atención el argumento leguleyo de que se pactó una ley en los años setenta para evitar esto, argumento que se obvia cuando se refieren a otros lugares, por ejemplo Israel, que violan todas las leyes internacionales necesarias para preservar "su paz".

En Sarlat hay un monumento del siglo XII, La lanterne des morts, que bien podría servir de modelo para construir, en todos los lugares donde se sabe con certeza la existencia de cadáveres, y así al menos reconocer su existencia. 

Por cierto, el arquitecto Jean Nouvel (1945) vivió de niño en Sarlat, durante la postguerra, y quizás este edificio lo asoció a la muerte. Asoció al horror con el futuro por eso lo reconstruyó en Barcelona.


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15 de abril de 2010

República de verdad

Pl. Saint Louis, Perigueux

"El mejor de todos los hombres es el que por sí mismo comprende todas las cosas; es bueno, así mismo, el que hace caso al que bien le aconseja; pero el que ni comprende por sí mismo ni lo que escucha a otro retiene en su mente, éste, en cambio, es un hombre inútil"
(Aristóteles, Ética Nicomáquea)

Creo que vivo en un país de sordos, con instituciones públicas sordas, con políticos sordos, porque parece que nadie escucha a nadie y así poblamos el paisaje de ciudadanos inútiles, personajes incapaces de pensar por si mismos.

Quizás todo esto se haya generado por el furibundo anarco-capitalismo, tan arraigado en otras muy poderosas latitudes, defensor de la privacidad y la insolidaridad e incapaz de promover un sentimiento de pertenencia republicana, de primacía del bien común.

Un célebre consejero del tribunal de Perigueux decía:
Es forzoso perjudicar particularmente si se quiere beneficiar al conjunto, y hacer injusticia en cosas pequeñas si se quiere hacer justicia en las grandes.
(Montaigne, Ensayos

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13 de abril de 2010

De repente, Vila-Matas

Día lluvioso y gris en Valencia para poder sacar mejor del fondo de la memoria, donde quedan restos de recuerdos, los mejores momentos del viaje por el Perigord y Aquitania -la Francia encantada en no ser parisina, que ayer terminó.



La mayor sorpresa fue encontrarme con el admirado Vila-Matas en la librería Ombres Blanches de Toulouse. La presentación de su libro ante un grupo de lectores me resultó algo fatigosa, mi francés es muy sencillo en lo escrito pero casi nulo oralmente.



Hubo algún momento que me pareció oír a Riba -en un viaje a Lyon quiere desarrollar toda una teoría sobre la novela -, cuando V-M se explayó en el tema de las relaciones que se establecen entre el personaje principal y el autor -al estilo Flaubert: el personaje principal habla siempre del autor, aunque también estableció una similitud entre la verdad y el caos porque quizás la ficción nos acerca mejor a la verdad que tenemos delante: el caos es la verdad. Es posible que nuestras vidas, el mundo entero fuera un auténtico caos si únicamente existiera la verdad.

En la mesilla de mi  hotel reposaba su Dublinesca y no quise, al término del coloquio, dejar pasar la oportunidad sin saludar al editor camuflado de autor y pedirle un autógrafo sobre el cartel anunciador de su presentación.  Al saludarle me comentó que estas giras por las librerías le permitía conocer a algunos blogueros como en Zaragoza que habló con Innisfree



Aquella noche, en el Hotel Mercure de la plaza Saint Georges, apagué la luz después de leer:
"Los escritores fallan a los lectores, pero también ocurre al revés y los lectores les fallan a los escritores cuando sólo buscan en éstos la confirmación de que el mundo es como lo ven ellos..."
 He admirado siempre a los escritores que emprenden, en sus libros, un viaje a lo desconocido y, como todos los viajes, la vuelta es el encuentro consigo mismo.
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