10 de noviembre de 2009

Dátiles en la ciudad



En mi paseo hacia el antiguo cauce del río Turia, en esta mañana de noviembre azul y casi fría las nubes han desaparecido. El viento también.

Latoneros o lidoneros, granados, olivos, naranjos y palmeras datileras, árboles dispuestos a que el viento siembre sus frutos en el asfalto cerca de la avenida de Aragón. Cerca de la música tranquila.

Quizás todo esto me transforma poco a poco, sin darme cuenta, en una era más tranquila, con un despertar más tranquilo, con un sueño sereno, con una muerta tranquila. Es otoño, el de las frutas rojas.

Necesidad de filosofía: "Ciertamente, la vida del hombre bueno no será más agradable si sus actividades no lo son"(Aristóteles, Ética Nicomáquea) y este paseo sin viento, ayuda como los dátiles ambarinos a endulzar el agrio ambiente de esta ciudad-asfalto.

1 comentario:

Clarice Baricco dijo...

Esa foto tan linda que muestras, tal pareciera que fuera un verano. Me trajo el recuerdo de las palmeras borrachas de sol en mi puerto, cargando cocos.
Espero que estés bien.

Abrazos.