13 de junio de 2009

El futuro, hermano del pasado


(Via Sheila)

En vísperas del Bloomsday, que nos recuerda el blog El lamento de Portnoy, he releído algunos párrafos del libro de J.Joyce del que tuve primeras noticias en una guardia de la mili. Un compañero, solitario, raro y con muchos calabozos en sus costillas, me enseñó su libro sucio, rayado, con cientos de apuntes en los márgenes. Era la primera vez que me intrigó un libro que no acababa de entender en los pocos párrafos que leí aquella noche de invierno, con olor a botas y CETME engrasados, cuerpos enfriados, y vino tinto, mucho vino de Cariñena. Así me encontré de bruces con Joyce. La curiosidad por destriparlo aún me persigue.
Tal como nosotros, o la madre Dana, tejemos y destejemos nuestros cuerpos -dijo Stephen-, con sus moléculas de acá para allá en lanzadera, así el artista teje y desteje su imagen. Y tal como la verruga en mi tetilla izquierda está donde estaba cuando nací, aunque todo mi cuerpo se ha tejido de nuevo material una vez y otra, así a través del padre inquieto resplandece la imagen del hijo que no vive. En el intenso instante de la imaginación, cuando la mente, dice Shelley, es un ascua que se extingue, eso que era yo es lo que soy y lo que en posibilidad puedo llegar a ser. Así en el futuro, el hermano del pasado, me puedo ver a mi mismo tal y como estoy sentado aquí pero por reflejo desde eso que seré entonces.
(Ulises, James Joyce, Ed. Lumen)

1 comentario:

el objeto a dijo...

qué buena esa historia de iniciación al Ulises y al universo de Joyce, me ha gustado especialmente.

También este fragmento lleno de sus obsesiones, en el que muchos reconocemos nuestros rincones