18 de febrero de 2009

Conmemoración de la destrucción


W.G. Sebald escribió un libro "Sobre la historia natural de la destrucción", autor que según Javier Marias pronto dejará de leerse porque murió demasiado pronto, donde expone el ambiente de silencio y olvido que se extendió en los medios culturales de la Alemania de la posguerra. Silencio incluso ante las matanzas, de miles de civiles indefensos, provocadas por los aliados con sus "moral bombing" . Como dice Sebald al referirse a Heinrich Böll "cuya melancólica novela sobre las ruinas El ángel callaba se privó al público literario más de cuarenta años...", la obra se publicó después de morir el autor en 1992. Ese silencio, decidido por los vencedores para una rápida cicatrización del costurón criminal de los nazis, continuó pero ampliado a todas las masacres que no cesan.

Estos días se "celebraron" conmemoraciones para recordar los bombardeos de la aviación británica del 13 al 15 de febrero de 1945 en la ciudad de Dresde. Al igual que en Guernica, Varsovia, Coventry, Leningrado, Hamburgo,Hirosima, Monrovia, Sarajevo, Grozny y Bagdad, pronto incluirán en la macabra relación a Gaza, son matanzas con víctimas inocentes decididas por mentes que piensan en digital, 0 o 1, tu o yo. Esa estrategia de "moral bombing" no ha terminado, ni terminará mientras esas honorables mentes homicidas estén convencidas de que la tormenta que agita las alas del ángel de Walter Benjamin, el progreso, la inician ellas.

Cuando la fotógrafa Margaret Bourke-White entró en el despacho del alcalde de Leipzig, suicidado junto con los cadáveres de su mujer y hermana, comprendió que aquella barbarie no terminaría con los cadáveres nazis postrados en sus confortables sillones y la única esperanza sería el enclenque cuerpecillo del Mahatma Gandhi.


3 comentarios:

DoctorMente dijo...

Las masacres no cesan, pero NO por bombarderos ni en supuestas guerras que ocurren a miles de kilometros de nuestras casas. No tienes que irte tan lejos para comprobar la decadencia de nuestra especie, del colectivo acusador que subsume todo a su camino. Sal por algunas zonas de Barcelona, Málaga, Madrid... no te vayas tan lejos, no sabes lo que es el dolor, lo que es el puro miedo a la muerte. Qué fáciles son sus palabras, pero que tan difícil es escribir cuando las palabras son nuestras enemigas y reflejan toda nuestra ruina personal. Vive feliz, vive en la ignorancia del sufrimiento que te rodea. Mis mejores deseos.

Luis Rivera dijo...

Nuestrro siglo XX ha sido el escenario de los totalitarismos más desoladores de la historia, y de las violencias (nunca gratuitas) producidas por la razón. A mí, cada día me interesan más esos hechos, que a fuerza de alejarse están cada día más presentes.

Noemí Pastor dijo...

A la lista de ciudades destruidas puedes añadir, entre otras muchas, claro, varias más de Alemania, cuyo casco histórico data de la década de 1940 porque todo lo anterior fue aniquilado. Hermoso y doloroso post.