20 de diciembre de 2008

La casa



  1. Cerca de casa vi un pintor con su caballete y sus pinturas tratando de plasmar en su lienzo la luz que en aquel instante alumbraba la vieja villa campestre ahora oficina municipal. Los colores reflejaban muy nítidamente las sombras de las palmeras que rodean el edificio, pero no vi ninguna sombra humana, nada que informara de la vida que pulula cerca de esas paredes, los paseantes con sus perros, los chinos del cercano restaurante, los viejos con sus nietos, los ecuatorianos con sus papeles del censo. El cuadro cuando esté terminado, es posible que ilumine la sala de espera de algún notario lleno de pliegos y escrituras; el cuadro si no es de firma conocida terminará en una tienda de muebles de segunda mano.
  2. Ayer mi amigo Cle me hablaba de su afán por captar los recuerdos de su infancia en Salamanca, atrapar esos recuerdos con ayuda de la palabra escrita y de los colores de sus acuarelas. Las palabras y las pinturas le obligan a recordar. Decía Borges que rescatar recuerdos es una labor de creación literaria, al elegir las palabras concretas que los describan estamos inventando nuevas sensaciones referidas a unas imágenes que creemos reales pero que jamas existieron. Lo maravilloso es que cuando alguien las lea, a su vez, creará un mundo imaginario que quizás provoque, en sucesivas lecturas, que aquellos recuerdos de un profesor jubilado sean inmortales.
  3. Creo que Borges hablaba de vivir, porque no es imposible el suicidio de la humanidad, con el sentimiento de ser inmortales. Ese ansia quizás sea la llave que ayuda a pintores y escritores a trascender su vida atrapada entre el cielo y la tierra. Esa quimera borgiana se mantendría mientras las palabras sean leídas y las pinturas contempladas y no destruyan las casas y sus habitantes no se vayan.
  4. Decía Ingeborg Bachmann en uno de sus poemas:

Estar permanentemente en las palabras, quieras o no,
Estar siempre vivo, lleno de palabras por la vida,
como si las palabras estuviesen vivas, como si la vida fuera
palabra.

Para estar siempre vivo, lleno de palabras de vida, y de paso ayudar a superar la actual crisis he firmado un manifiesto contra las armas nucleares aquí: Global Zero.

3 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Ojalà esa pintura no quede en el olvido.
Me gustó el poema, no lo conocía. He firmado.

Te deseo siempre lo mejor y gracias por todo.

Seguimos en el 2009.

Recibe mi admiración.

inespoe@gmail.com dijo...

Tengo demasiadas cosas que decirte, Petru, sin embargo(tal vez solo aqui me atrevo a reconocerlo, pero es algo que desde hace tiempo me angustia) tengo pereza de registrar mis sensaciones, sentimientos, pensamientos, reflexiones, lecturas; quizá porque ya solo me dedico a sentir, porque ya me parece un poco absurdo el regisstro de lo que vivo, de lo que me rodea. No quiero pensar más en cómo registrar porque siempre sé que voy a quedarme corta, no hay en el lenguaje suficientes instrumentos para poder plasmar lo que quiero, tampoco dispongo del tiempo suficiente para aprender a través de otros lenguajes a plasmarlos, tampoco estoy segura de cuán importante puede ser el hecho de que haya un registro.

Siento que cada vez, como en el otoño, se van cayendo las ojas de mi árbol comunicativo. Me quedo desnuda de palabras, me quedo en un limbo que me arrima a la pereza de no tener ya qué decir.

En fin, petru, seguro te abrumo ¿Te ha pasado esto alguna vez?

Saludos cordiales

Amparo dijo...

Si, cuanta razón en los planteamientos que muestras en tu texto, los recuerdos, plasmarlos, la palabra viva por siempre y la lucha por superar de alguna manera el vacío tras la muerte, la palabra escrita siempre queda y cuanto bien puede hacer a alguien.

Firmé el manifiesto contra las armas nucleares, gracias por la información.

Abrazos, un placer "leerte".

Amparo