29 de agosto de 2008

Hojas de estío VII, Perec

Ver el horizonte marino muchos días seguidos, esa línea recta irreal que funde el mar y el espacio celeste, me lleva a buscar lo curvo, los meandros irregulares de la vida urbana. Es como si pensara que la rectitud es una creación humana, absurdamente ideal que nos trazamos como una meta inalcanzable.
En el magnífico libro de George Perec "Especies de espacios", en su exposición de cómo creamos el espacio reproduce unas líneas del libro que leí el año pasado "Tristram Shandy" de L. Sterne y que yo rescato al despedir estas hojas de estío:
"En aquesta parte había yo previsto un capítulo sobre las líneas curvas, de modo que se comprobara la excelencia de las lineas rectas...
¡ Una línea recta! el sendero por donde deberían marchar los cristianos de verdad, como dicen los padres de la Iglesia.
El emblema de la rectitud moral, dice Cicerón. La mejor de todas cuantas líneas hayan existido, dicen los plantadores de coles.
La línea más corta, dice Arquímedes, que pueda extenderse de un punto a otro.
Pero un autor como yo y como tantos otros, no está dotado para la geometría; y abandoné la línea recta."

2 comentarios:

Luis Rivera dijo...

En los senderos entre árboles, la línea curva es siempre más sugerente que la recta que todo lo muestra. En la curva se anuncia siempre una arribada que se hace esperar, y eso convierte al tiempo en protagonista.

Luis Rivera dijo...

Por cierto, mi más encendida enhorabuena por estas Hojas de Estío, profundamente sutiles y ligeras...