8 de agosto de 2008

Hojas de estío V, Quignard



En estos días después de mis paseos por la orilla del mar, una playa saetada por miles de sombrillas madrugadoras, busco descanso en casa con un libro de Pascal Quignard. “Las sombras errantes”, en edición de Elipsis que deja bastante que desear, muchos errores tipográficos y muchas frases algo confusas que uno no sabe si es falta de “cultivo” mental del lector o errores del traductor.

Quignard es el escritor que entusiasma o aburre desconsoladamente, este texto es un ejemplo para principiantes. Lo he leído con mucho interés y creo que se puede encontrar en sus páginas pensamientos capaces de estimular la imaginación y la reflexión en armonía, todo con un fondo musical siempre presente que debe poner el lector a su gusto.

En el capítulo XIX, habla del mundo oculto, Plutón el Dios que ve en la sombra, hay otro mundo:

“Hay un mundo que está en la otra orilla del Leteo.

Esa orilla es la memoria.

Es el mundo de las novelas y de las sonatas, el del placer de los cuerpos desnudos que prefieren la persiana medio cerrada, o el del sueño que la prefiere más cerrada todavía hasta crear la ilusión de la oscuridad nocturna o inventarla.

Es el mundo de las urracas sobre las tumbas.

Es el mundo de la soledad que requieren la lectura de los libros o la audición de la música.

El mundo del tibio silencio y de la ociosa penumbra por la que vaga y se exalta súbitamente el pensamiento.”

4 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

No lo he leído. Interesante lo que compartes.
Tambièn estuve en la playa.

Espero que sigas disfrutando de tus vacaciones.

Abrazo

G

inespoe@gmail.com dijo...

Hola Petru:

Creo que el mundo oculto es un mar de azar al que se le puede atribuir cualquier cosa. Me encanta que compartas lo que lees. Gracias, me enriqueces.

Sirena Varada dijo...

La memoria es orilla y los recuerdos son arena y no mar como siempre quisimos creer. Yo también intento inventarme oscuridades pero no por pudor sino por cobardía, por miedo al miedo. Intento refugiarme en ese "mundo de soledad" (curioso nombre para un blog) pero sólo conozco la soledad de la compañía. Visito el mundo del silencio pero no es tibio, quema.

Me adentré en la ociosa penumbra pero cuando quise buscar una luz detrás de la sombra sólo encontré otra sombra.

Gracias, Petru, por sugerirnos siempre el sueño del pensamiento.

Besos

Conciencia Personal dijo...

En la orilla de la memoria aletan mis recuerdos de mar muerto y la lectura de una ola, de aquel cubano-italiano...

Siempre seré agradecida por tu presencia, gracias amigo.