17 de julio de 2008

Hojas de estío II. Paul Celan



Aunque no comprenda las palabras, ni los silencios de su voz oscura, no puedo huir del gran crimen que vió y que no ha cesado ni un solo día.
Paul Celan que tanto asombra a Kiefer al llenar con sus palabras los grandes lienzos, en la memoria grisienta de esta Europa, banal, soberbia, con reflejos fascistoides que estamos viendo en estos inicios del siglo XXI.


Todesfugue leido por Paul Celan

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