31 de diciembre de 2007

A la francesa

Foto de Olivier

(Los domingos son espantosos. Pero aún hay algo peor: las celebraciones de fin de año. Nos recuerdan, al igual que los domingos, que ha pasado una semana más, en este caso, un año. Nos recuerdan el paso del tiempo y, encima, tenemos que festejarlo. Este 2007 me deja una sensación de desagrado notable. En París, creo estar en un lugar apropiado para darle el portazo que se merece, dejarlo ahí sin un adiós, despedirlo a la francesa. O, mejor dicho, a la inglesa. Filer à l'anglaise. No se merece nada mejor este año. (Vila-Matas, Enrique. Exploradores del abismo))

Cuenta Vila-Matas en su relato “Amé a Bo”, cuando describe el protagonista del planeta Kajada, donde ha ido a parar su nave espacial, que todos sus habitantes visten de oscuro con gafas negras en un paisaje siempre nevado pero rodeado de negros abismos, a los que se asomaban peligrosamente. Se ríen, están siempre de humor y se asoman al abismo, dicen, para ver la realidad.

En nuestro planeta, rodeados de profundos abismos con los que nos acostumbramos a vivir, también nos han colocado unas enormes gafas oscuras de diseño para que, cuando por accidente al leer un libro o ver una película o en el transcurso de un viaje, nos asomemos a esos profundos vacíos nos quedemos extrañados con lo que veamos, aunque en realidad no veamos ni entendamos nada.

Yo pienso, como el amigo Enrique, despedirme de este año 2007 a la francesa porque cada vez que he logrado quitarme esas gafas oscuras no he visto más que el abismo y el vacío envuelto en risas y carcajadas. A diferencia de él no voy a estar en París como escribía el pasado sábado en su columna. Voy a quedarme en Valencia, no se merece nada mejor este año que verlo desaparecer como la figura humana de la magnífica foto de Olivier , sans adieu.

30 de diciembre de 2007

Siempre en despedida



Y ahora que el tiempo va a cambiar de nombre, ahora que los bancos hacen balances, el paisaje cotidiano da un brinco de luces y músicas, apuremos la última copa del año y brindemos por el nuevo 2008, como diría Dorothy Parker, con un “No más catástrofes” - que cada uno defina las catástrofes como quiera- mientras leemos en voz alta los versos de Rilke:

¡Y nosotros: espectadores, siempre y en todas partes,

vueltos hacia todo, pero nunca hacia fuera!

Esto nos desborda. Lo ordenamos. Se derrumba.

Lo ordenamos de nuevo y nos derrumbamos nosotros.

¿Quién, pues, nos dio la vuelta de tal modo

que hagamos lo que hagamos siempre tenemos la actitud

del que se marcha? Como quien

sobre la última colina que una vez más le muestra

todo el valle se gira y se detiene, se demora,

así vivimos nosotros, siempre en despedida.

27 de diciembre de 2007

Hoja con acuarelas


Mi hija me ha regalado una cajita con acuarelas, con sus pastillas de colores, su pincel plegable, fácil de guardar en el bolsillo de la chaqueta.

Es una forma muy sutil de pedirme que pasee por el campo o por mi ciudad, mire el paisaje, sus pobladores y lo intente reflejar en el cuaderno negro que acompaña a las pinturas.

La pintura empieza con la elección del objeto, cerca de casa podría escoger : los campos de cebollas y coles lombardas en Alboraya, el tranvía del Maritim, las farolas de la avenida, los ancianos que salen de la Iglesia, los niños que se escapan del Instituto, las pintadas de las tapias, los estudiantes que pasan deprisa en bicicleta, el horizonte marino roto a dentelladas por los nuevos edificios en construcción, los muros del cercano cementerio, los árboles del parque ahora casi desnudos que dejan ver desde mi ventana el jardín con sus columpios y toboganes también mudos.

Mal empiezo si además del objeto a pintar no tengo claro sobre los principios que mi obra ha de cumplir: enseñar la realidad, transmitir valores o creencias, intervenir en el cambio social, producir placer, producir ciertas emociones...

No tengo ganas de complicarme. He de pintar “algo” sin ningún razonamiento previo, por placer, y cuando lo contemple quizás brille en la conciencia del espectador algún recuerdo de la infancia hasta entonces apagado, o disfrute del encanto de un instante, o tal vez se emocione por el color de otro objeto asociado.

Pero, lo más probable, es que pase un rato agradable e intrascendente, igual que ayer por la mañana cuando recogí una hoja amarilla del suelo del paseo,que ahora contemplo, y pienso si conseguiré reproducir ese amarillo con puntos pardos antes de que el color rojizo que la ensombrece por los bordes alcance su objetivo.

Como diría mi paisano Miguel Labordeta: “... y aún no sé / si la aventura/ tiene un pretexto voraz/ o es una rosa lastimada...”

21 de diciembre de 2007

La vida en común


Hoy cumpliría 86 años, si no se hubiera muerto en silencio hace cuatro, Augusto Monterroso.

Un cuentista, fruto de muchas lecturas, que atrae por la sencillez con que expresa sus ideas, por empujarnos al fondo de los relatos con un tema muy cercano que nos muestra casi con disimulo.

Ahora que vamos a disfrutar o soportar aglomeraciones familiares, en unas fiestas que se dedican al inicio del nuevo solsticio de invierno, cristianizado o mercantilizado da igual, es oportuno releer esta breve narración:

“Alguien que a toda hora se queja con amargura de tener que soportar su cruz (esposo, esposa, padre, madre, abuelo, abuela, tío, tía, hermano, hermana, hijo, hija, padrastro, madrastra, hijastro, hijastra, suegro, suegra, yerno, nuera) es a la vez la cruz del otro, que amargamente se queja de tener que sobrellevar a toda hora la cruz (nuera, yerno, suegra, suegro, hijastra, hijastro, madrastra, padrastro, hija, hijo, hermana, hermano, tía, tío, abuela, abuelo, madre, padre, esposa, esposo) que le ha tocado cargar en esta vida, y así, de cada quien según su capacidad y a cada quien según sus necesidades.”

18 de diciembre de 2007

Pensador limpio

Vía Zoo

Esta foto dice más que muchos tratados de filosofía "profunda".
La verdad, por mucho que la razón se esfuerce, está más cerca de lo que creemos.

14 de diciembre de 2007

Indiferencia


(Foto de Gordon Parks)

Hay poetas que yacen vivos en el firmamento de la gloria, y que a pesar de las muchas modas que nos avasallan, ellos están ahí con sus páginas abiertas para ser leídos sin que pierdan nada en su reencarnación.Uno de ellos es Juan Ramón Jiménez, el mejor poeta de habla hispana del siglo pasado:

¡Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
...Que mi palabra sea
la cosa misma
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que ya las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!

Y después de leer estos versos, busco una palabra que puede expresar de forma exacta esta foto que encontré en O seculo prodigioso. La maravillosa Ingrid, con su mirada mezcla de recelo y desdén, no habla, pero casi se siente en el silencio de esta tarde fría de diciembre su indiferencia, su frialdad a las miradas negras de las mujeres de "Strómboli, Terra di Dio".

10 de diciembre de 2007

Derechos y humanos




La Asamblea General de las Naciones Unidas

proclama la presente

Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

- y así hasta treinta artículos que podemos encontrar en Naciones Unidas -

¿ Se esfuerzan todos los pueblos y naciones por este ideal común aprobado en New York hace cincuenta y nueve años?

Henry Beyle, Stendhal

Estos días leo Rojo y Negro de Stendhal y voy muy despacio, como deletreando las palabras y el significado. Esta novela es un ejemplo de cómo con un suceso real, ocurrido en Brangues en 1827 y que apareció en la prensa de su tiempo, puede construirse un relato con dos elementos básicos: la ambición y el amor en una sociedad clasista. Es la historia del hijo de un carpintero que sueña con llegar al máximo prestigio y triunfo personal que puede llegar con su condición social. Ese triunfo únicamente podía ser alcanzado, en la Francia de la Restauración, con dos uniformes: el rojo de los mandos militares o el negro de la Iglesia Católica. Es la historia de un arribista, parecido al protagonista de Match Point de W. Allen, que vive la pasión amorosa hasta el final carcelario y patibulario.

Stendhal dibuja los personajes con una claridad asombrosa y además con "un estilo desnudo, precisión escueta del detalle, con la supresión implacable de cualquier divagación y de todo floreo" (así lo describe Consuelo Berges). Y que para todo aprendiz de escritor, como los que pululamos por estos lares, es todo un muestrario de sencillez en la exposición de sus ideas (“Quién no supo limitarse, no supo jamás escribir. Había que tener el valor de borrar cuatro o seis líneas”). La gran revolución de este relato consiste en que por vez primera, lo vemos en todo el libro y explícitamente en el último capítulo, expone su hostilidad contra las diferencias de clase, que valoran más el prestigio heredado que el talento y el mérito.

Con esta obra, publicada con el subtítulo de “Chronique de 1830”, Stendhal llama la atención sobre un punto que el creyó crucial, en aquella sociedad francesa que alaba el poder del dinero y se resucitan los antiguos privilegios de la nobleza: la carencia de ideales apasionados y heroicos. Algo que Henry Beyle vivió muy intensamente, tanto como jovencísimo soldado de Napoleón como cuando fue nombrado Consul de Francia en Trieste.

El tema de este libro está de actualidad , esencialmente destaca los de la entronización del dinero y la falta de ideales heroicos que yo creo que es más crucial hoy que en 1830 cuando se publicó Rojo y Negro.

5 de diciembre de 2007

Stockholm



Este es otro apunte del diario del amigo Anderer que he logrado descifrar y pienso en Lorca, el poeta que no quieren desenterrar para que su recuerdo perdure en el lugar donde fue fusilado.

"6 de junio de 1972, 10 de la tarde.

Cuando paró aquel Fíat 500, supe que el viaje había terminado y que por fin entraríamos en Estocolmo con música del Mediterráneo. No me equivoqué, el italiano que nos cogió escuchaba una emisora de radio y allí, vibrando en la pequeñez del espacio, estaban las notas de Thelonius con su "Caravan" del viejo Duke.El viaje terminaba lejos de casa, con un sol que no quería acostarse cuando toca en esta noche azul interminable. Cerré los ojos y sin querer, como un sueño, me vinieron aquellas noches en el Club de Jazz de Radio Zaragoza en el Pasaje Palafox.
Esta noche nos hemos refugiado en un edificio vallado y abandonado, preparado para el derribo, que no esta lejos de la Kulturhuset, que es el centro donde se reunen todos los pájaros del sur de Europa en su emigración a estas tierras. Es un edificio con biblioteca, revistas, periódicos, discoteca y cabinas para aprender idiomas y lo más impresionante: abierto a todos sin ningún impedimento.
Antes de apagar la vela he sacado de mi mochila el clandestino (en Zaragoza) "Cancionero Gitano" del pobre Lorca,al que tanto nombran por aquí cuando dices que eres español :
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño, la esta mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna los brazos y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
...
Creo que me dormiré pronto después del viajecito y el arrullo incesante que viene del ventanal de la habitación. La casa está tomada por las palomas."


1 de diciembre de 2007

Como a un trapo

Hace dieciséis años, mientras esperaba en un café a que mi hijo terminara su clase de piano, leí un librito de un escritor alemán, entonces para mí desconocido, que me cautivó. El libro era una colección de frases sin apenas relación entre sí, como anotaciones que un ciudadano europeo podía haber tomado mientras esperaba a alguien. “Historia del lápiz. Materiales sobre el presente” de Peter Handke son aforismos, frases, comentarios, como si fuesen los post de un blog pretérito que llegaría años más tarde para un lector interesado en el ser humano histórico y europeo –“¿acaso las guerras mundiales no nos han amargado para siempre el gusto incondicional por Goethe?”- ; el escritor que se atasca –“necesidad de escribir una historia larga y coherente, para sentir de nuevo la posibilidad de fracasar”, “no sé si soy un poeta o un hilador de sensaciones”-; el recopilador de pensamientos más o menos grandes –“Wittgenstein: disposición poética: es la disposición en la que uno es sensible a la naturaleza y en la que los pensamientos aparecen tan vivos como la naturaleza”

Y todo esto ¿a qué viene?... Sencillamente que al releer este libro he encontrado la foto del trapo rojo en el acantilado, que creía perdida, tomada un día gris de diciembre y en cuyo dorso tenía esta cita del libro de Handke: “corrige a quién amas, y deja en paz a tus enemigos”. Frase que llevo como grabada en mi forma de actuar con los demás.

Con el tiempo, mi hijo abandonó sus clases de piano, y el amigo Handke se buscó enemigos bienpensantes por sus opiniones en relación a la guerra de Yugoslavia. Quizás porque, por decirlo de alguna manera, mi hijo no quería dejar de ser niño y Handke se olvidó de esta frase de su libro escrito en 1982: “sólo debería ser crítico cuando quiero intensamente que las cosas sean de otra manera” Y Peter Handke quedó abandonado entre las rocas como un trapo rojo, a merced a las olas incansables.