14 de septiembre de 2007

Peñíscola, Moratín e Irak.


En Peñíscola, una ciudad sitiada con soldados como únicos habitantes, Leandro Fernández de Moratín sufró en su cuerpo y en su ánimo aquello de lo que huía desde hacía más de un año: la guerra. Casi todas las casas de aquella ciudad fueron derruidas por las bombas de las tropas del General Elío. Decía Moratín en una carta: "Pasé diez meses, los más amargos de mi vida.Nos sitiaron, nos tiraron más de catorce mil tiros de cañón y mortero; la ciudad se reduxo a un montón de ruinas; voló encima de nuestras cabezas como una quinta parte del castillo..."
En Junio de 1814 acabó el sitio y los pocos habitantes que quedaron pudieron salir libres pero hundidos moralmente.
El 23 de mayo de aquel año se publicó este anuncio en el Diario de Valencia, de cuya edición se encargó anteriormente Moratín y su amigo Estala:

Exposición que hizo la Ciudad de Peñíscola a S.M. el Señor D. Fernando VII.

Señor: La oprimida ciudad de Peníscola, con el más alto respeto, dice: Que tiene el honor de ofrecer a vuestra fidelidad la total desolación de sus edificios, la destrucción de su campiña, diez y nueve meses de destierro y dispersión de sus hijos por los montes, salvajemente albergados en chozas y grutas, la muerte de más de un tercio de sus pobladores a manos de la intemperie, sustos y miseria, con otros innumerables males, se le deben acumular hasta la libertad de sus muros: votos puros de un pueblo fiel en la cautividad de su amado Monarca, que con el recobro de su libertad, y entrada en este territorio, la transportan de alegría y apresuran a de mostrar su justo júbilo, tributando el más humilde y cordial para bien y homenaje que mas victorioso rindieron sus bisabuelos a los de V.M. a principios de siglo último. Dignaos, Señor, admitirlos y tener en consideración a una Ciudad que tanto ha padecido, padece y debe padecer por V.M., de cuyo paternal corazón tanto necesita para su reedificación llegado el deseado momento de la libertad de la malhadada Peníscola. Campo desvastado de la misma y su habilitado consistorio. 13 de abril de 1814.—Sr. S.A.L.R.P. de V.M..—José Antonio Balyarri.—Gaspar Roig.—Pedro Tomás Coscollano.—Pedro Vicente Fresquer.—Pascual Albiol.—Pasqual Mundo.—Gabriel Esbrí.—Juan Bautista Llaudis, Secretario.” (Diario de Valencia 23 mayo 1814, Hemeroteca Municipal )

Después de aquella experiencia, el General Elío desterró al tímido e ilustrado Moratín por afrancesado. En Navidad tomó su Sopa de almendras, muy lejos de su casa de Madrid y con un solo pensamiento en su cabeza: "el que no puede apagar el fuego de su casa se aparta de ella".

Muchas veces la invasión de Irak, guerra y continuidad del conflicto (por la acción de los terroristas,¿son guerrilleros?) me recuerda a nuestra guerra de "Independencia", porque parece que el ejército Imperial que ha invadido lo hace con la misma "Ilustrada" intención de llevar la democracia, la educación, el progreso y la paz a un país arruinado por la pobreza y la ignorancia. O, tal vez no... Lo que no cambia en las guerras es lo de los "daños colaterales".

3 comentarios:

Júlia dijo...

Un paralelismo muy interesante, deberíamos recordar más a personajes como Moratín y también su convulsa época.

Conciencia Personal dijo...

Hoy vuelvo a leerte con hambre y sed...

Un abrazo grande, Monique.

malditas musas dijo...

Las cruzadas... ¿su finalidad siempre consistió en llevar "paz, civilización o democracia", no? A lo largo de los siglos ese discurso ha variado poco y nada. Lo que no cambió fue el beneficio económico de los conquistadores-libertadores.

un beso ;
Musa