14 de abril de 2007

Anderer: la decisión



Después de leer los cuadernos de mi viejo amigo Anderer, he pensado que lo mejor será transcribir algunas de sus anotaciones ocultando los nombres de las personas que allí aparecen. Ya veré como me las arreglo con sus dibujos y fotos tan abundantes que ilustran las peripecias de este zaragozano viajero a la cara oculta de la luna, siempre al borde del precipicio, “lectoradicto”, solitario, enamoradizo, mestizo de zamorano y aragonesa, pacífico antibelicista, poeta sin brillos, que se emociona con Glenn Gould en su “Le Clavier bien tempéré” I Preludio 1º , ebanista, republicano, odioso a veces, más búho que alondra, rebelde de causas perdidas, oído fino que siempre llora con María Callas en su Gianni Schicchi, sólo confía en la desconfianza y más en el ser humano que en los dioses, andarín de senderos montañeros, nadador con flotador, derrochador, pintor expresionista, alérgico a familias y demás Iglesias, jardinero, ácrata con los poderosos, que odia los tatuajes pero le agradan los lunares, su mayor curiosidad es quién será el psicopompo que le acompañe al final de sus días.

Esta es la anotación primera de su Cuaderno “Magnus Ladulas”:

Zaragoza 27 de mayo de 1972. 2 de la madrugada.

En este momento en que los ídolos se caen, las máscaras se derrumban, los estuches se abren, las lágrimas quieren asomar, la risa estalla…Después de casi no dormir, ayer tomé la primera decisión sin consultar con nadie. El dilema era irme de casa, del trabajo, de los amigos, de la ciudad, alejarme de F. lejos, muy lejos y no volver. Darme una oportunidad para poder romper con la vida gris y rutinaria que me espera irremediablemente si acepto quedarme en esta sociedad monocorde, ramplona.

Hoy me he despedido del trabajo. Como era de esperar el “señor Campos” se ha llevado un gran susto, no se lo podía creer: - Y ¿dejas este trabajo del departamento de Contabilidad para irte a viajar al extranjero? ¿con 24 años tiras por la ventana todo un futuro profesional sin más?

Me he quedado por fin tranquilo, como cuando al final de un sendero helado te sientas en un peñasco rodeado de nieve y suspiras aliviado. Después de decirlo en casa ya solo queda preparar la mochila. Creo que en mi novela de los “Tres lobos”, uno de ellos por fin ha decidido dejar el madero flotador en la orilla del río Gris y adentrarse por tierras desconocidas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUÉ EMOCIONANTE los cuadernos!!!!!
(recordar de "re-cordis": volver a pasar por el corazón)

isladelmanes

azzura dijo...

Es un placer leerte.. no sé si ya te lo dije alguna vez;)
Un cálido abrazo