6 de marzo de 2007

El corazón de las tinieblas de hoy,donde el horror es el odio


El agente Kurtz, colonizador asalariado en el corazón de Africa negra, vive con un deseo insaciable de riqueza y poder que le llevará a acostumbrarse a la compañía del horror y a encontrar familiar la barbarie ancestral. Esto que nos clarifica tan magistralmente Enrique Vila-Matas en un prólogo al célebre relato de Josep Conrad, nos sitúa la trama esencial del vivir inmerso en una vorágine sin límites.
Hoy, cuando en el mundo no vemos más que una representación de ese horror de un modo más variado y colorista, resuenan con más profundidad las palabras finales donde yo cambiaría el horror por ¡EL ODIO!. Palabra que apenas oímos como un susurro pero que está penetrando todos los medios de comunicación casi sin darnos cuenta, en todas las noticias, de forma sibilina pero implacable, como algo habitual a lo que nos hemos acostumbrado.
"Estuve a punto de gritarle: "¿No las oye?" El crepúsculo las estaba repitiendo en un persistente susurro a nuestro alrededor, en un susurro que parecía hincharse amenazadoramente, como el primer susurro de un viento que se levanta. "¡El horror! ¡El horror!"

3 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Tan cierto, tal parece que los sentidos se han acabado.

Buenas reflexiones tus textos pasados.

Saludos.

malditas musas dijo...

Como dice Mafalda, si amarse los unos a los otros no funciona, podríamos probar con amarse los unos a los unos...

Saludos!
Musa Rella

Roma dijo...

Y si desconectáramos de esos medios de "comunicación"? se conseguiría quizá que ese odio y ese horror no se propagara con tanto exito y clamor?