26 de marzo de 2007

CANGRO


Había una vez un hombre que vivía obsesionado por la salud y la enfermedad. Vivía pendiente de las noticias sobre síntomas, estadísticas e investigaciones científicas sobre el cáncer. Por esta manía obsesiva tuvo muchos problemas con los amigos y el trabajo. Su familia para asustarlo le decía que de tanto pensar en esas cosas ya tenía los ojos como los de un cangrejo de río y para distraer su pensamiento le regalaron “Don Carlos” de F. Schiller

El nueve de mayo salió a comprar tabaco y nunca más volvió. Al cruzar la calzada recordó, de pronto, que hacía tres años que había dejado de fumar y no se percató del viraje de un enorme camión de Transportes Carramarro, cargado con cajas cangrejos, que venía sin control por la calle de San Juan Evangelista.

3 comentarios:

azzura dijo...

En cierto modo el tabaco le mató..
Excelente cuento breve Petrusdom;) me ha encantado.

Un saludo!

Conciencia Personal dijo...

La víspera lo fulmino.

Buen fin de semana.

Ángela dijo...

¡Ay,la puñetera hiponcondría!

(O sea, que no fumar también mata).
Me ha encantado el relato. Sigo leyéndote por ahí abajo. Un saludo.