12 de febrero de 2007

Informar es poder














(Fotografía de Alfred Domínguez)


El mes pasado asistí a una conferencia de Ignacio Ramonet sobre “Información y poderes”, impartida en el aula magna de la Universidad de Valencia. Con un principio indiscutible de que la información es poder, el ponente estableció la tesis de que hoy, recién estrenado el siglo XXI, los grandes medios de comunicación en un mundo intercomunicado y globalizado son algo parecido, en cuanto a poder, a lo que era la Iglesia en los siglos XII al XVII. Esos grandes medios que manejan cadenas de televisión, agencias de noticias, periódicos, productoras y distribuidoras de audiovisuales, nos ofrecen la información y los contenidos que alguien decide y que nosotros, pasivos consumidores, tomamos o dejamos. Pero que en cualquier caso, nos inquietamos, hablamos y discutimos únicamente de aquello que esas grandes empresas quieren. Y ahora, como en siglos pasados, ese enorme poder en tan pocas manos necesita un contrapoder. Ese contrapoder que un tiempo atrás representó la prensa escrita (el cuarto poder, decían), que tuvo un papel importante ante los abusos cometidos por jueces, el parlamento o el gobierno, ahora no existe porque está, salvo diminutas excepciones, sumergido en el fango pantanoso de esos grandes medios con intereses económicos muy definidos.
En el coloquio, un joven preguntó si ese contrapoder no podría ser perfectamente asumido por Internet (con todos sus medios instantáneos y variados). Puede, dijo Ramonet, pero también se está viendo como, por ejemplo, los blogs más difundidos y leídos en Estados Unidos también son adquiridos por las grandes corporaciones.
Yo pienso que en nuestro mundo real, ahora mismo veo por la ventana un nudo de avenidas con sus coches y tranvías, todos van a su propio interés de un lado a otro, mientras no haya grandes atascos insalvables, siempre existe una instancia individual que es el sentido común que nunca falla y tarde o temprano sabe colocar a las cosas y a las personas en su sitio. Y ese sentido común es fuerte y vigoroso mientras no se marchite algo muy humano: la curiosidad y la duda. Hay que fomentarlos

1 comentario:

Conciencia Personal dijo...

los medios masivos cumplen muchas funciones, menos para lo que fueron creados: la libertadad de expresión y la libertad de informaciòn.